MIGRACIONES EN AMÉRICA LATINA - URUGUAY

La demógrafa Wanda Cabella explicó que hoy “es esperable que el nivel de emigración se mantenga relativamente alto durante un tiempo después de una crisis emigratoria fuerte”.

Sin embargo, admitió que la sorprendió que los niveles de emigración en épocas de vacas gordas se aproximen a los del año 2000, un año antes de la crisis. “Una vez que hay recuperación, que hay cierta mejora tanto en el crecimiento como en el empleo e incluso en los salarios, uno podía esperar que en 2005 y 2006 no hubiera un repique de la emigración”, agregó.

Al director del Departamento 20 de Cancillería, Álvaro Portillo, en cambio, el dato no lo asombró. “El crecimiento de los procesos migratorios es así, una dinámica que se construye con el tiempo y no tiene variaciones fuertes. Cuando las hay es cuando ocurren crisis económicas y políticas grandes, y ahí se multiplican exponencialmente”.

Portillo opinó que es un tema “estructural” que no se solucionará por una coyuntura favorable. “Para que el país deje de expulsar gente hay que solucionar los problemas de desempleo, de exclusión social, darle más oportunidades, especialmente a los jóvenes. Esto no va a pasar de un día para el otro”, advirtió.

El funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores apuntó que el gobierno comenzó a hacerse cargo del problema con la reciente ley 18.250 que da facilidades y reconoce derechos a extranjeros que lleguen a residir al país, así como prevé beneficios para orientales que retornen tras dos años de residencia en el exterior. Entre ellos, ingresar herramientas y máquinas que utilicen para su profesión y un vehículo libre de impuestos. “Habrá que ver si empiezan a volver”, especuló Portillo.