La dramática catástrofe que está viviendo nuestro país exige buscar soluciones radicales y especializadas en materia de extinción de incendios forestales.
Aquí les mostramos algunos de los vehículos más efectivos en este tipo de acciones.
Comenzamos por el Fire Commander, un vehículo desarrollado por la compañía alemana RAC. Esencialmente es el chasis de un tanque Leopard 1 con motor de 830 hp al que se le montó una superestructura que contiene un estanque de 12.000 litros de agua y retardante que pueden ser lanzados a través de un cañón de agua doble.
El vehículo también tiene una pala frontal que puede ser usada para hacer cortafuegos y zanjas. Además, tiene su propio sistema de enfriamiento en la forma de rociadores que pueden mantener mojado constantemente al propio vehículo, de manera que le permite combatir el fuego a distancias más cortas.
Creatividad rusa
Luego están varios inventos rusos desarrollados a partir del montón de vehículos militares que quedaron fuera de servicio con el fin de la Guerra Fría. Un ejemplo es el Huracán, un ingenio que consiste en el chasis de un tanque T-72 al que se le instaló un motor a reacción de un avión Mig.
La idea es que usando el agua de un estanque también llevado por el vehículo o por un camión aljibe que vaya tras él, se use la potencia del motor a reacción para impulsar enormes chorros de agua al bosque en llamas. Sus diseñadores dicen que también sirve para apagar incendios de pozos petroleros y hay versiones con uno o dos reactores.
También ruso es el Omsktransmash JMP, que para variar también está construido sobre un chasis militar. Lleva un estanque de 5.000 litros de agua, que gracias a unas potentes bombas, pueden ser lanzados a unos 100 metros. A pesar de que tiene una gran capacidad todo terreno y de que necesita una tripulación de solo 3 personas, esta cosa pesa 60 toneladas, lo que podría ser un problema.
Tecnología japonesa
Bastante más lindo (y mucho más liviano) es el vehículo especializado conceptual desarrollado por la compañía japonesa Morita. De acuerdo a la empresa, este modelo conceptual premiado por su diseño, está dotado de los más avanzados sistemas de comunicaciones, que le permitirían coordinar su acción en medio de un incendio forestal, que suelen cambiar de dirección impredeciblemente a causa del viento.
Además, usa un sistema de espuma comprimida llamado CAFS, que necesita muy poca agua para lograr efectos de extinción excepcionales.
Directo de la NASA
El aporte estadounidense a esta lista es el HMA L3, en cuyo diseño se emplearon tecnologías desarrolladas para la NASA.
Indudablemente tiene excelentes cualidades offroad gracias a su tracción 8x8, pero su mayor gracia es un sistema de lanzamiento de agua a alta presión, que permite lanzar chorros a 1.400 libras por pulgada cuadrada. Por comparación, una manguera de bomberos normal tiene una presión, según los fabricantes del HMA, de 125 libras por pulgada cuadrada.
¿Y qué se gana con eso? Pues que en las pruebas se necesitaron 832 litros de agua y 1 minuto con 46 segundos para apagar cierta superficie incendiada con una manguera de bomberos normal, mientras que el HMA solo necesitó 51 litros y 17,3 segundos para hacer lo mismo. Nada mal.
Finalmente, la lista de vehículos contra incendios no podía estar completa sin un desarrollo argentino. Se trata del Wolfpack, una creación del diseñador de autos Lucas López, que utiliza un vehículo todo terreno tubular muy liviano dotado con un estanque de 850 litros y una bomba.
Su concepto de utilización se basa en su empleo en grupos, de forma que su relativamente pequeña capacidad de agua se suple con su velocidad y con su habilidad para formar cadenas de ataque al fuego, llegando mucho más cerca de las llamas en sitios donde un carro bomba normal no podría llegar.