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El fabricante de motores Rolls-Royce se vio envuelto en una llamativa polémica luego que Noruega le pidiera suspender la venta de una filial de ese país a una empresa rusa, alegando incluso la posibilidad de un veto a nombre de la seguridad nacional.
Según informó la agencia AFP, las autoridades noruegas están tratando de determinar si "la venta prevista de Bergen Engines AS a TMH Group debe detenerse de acuerdo con la ley de seguridad nacional", dijo el ministerio de Justicia y Seguridad Pública en un comunicado.
Bergen Engines forma parte de Rolls-Royce desde 1999 y trabaja en el mantenimiento de los motores de los buques de la Armada noruega y, según medios locales, del buque espía "Marjata".
"El gobierno ha estado estudiando este caso durante los últimos meses y no se puede excluir que la venta de Bergen Engines AS a TMH Group pueda suponer un riesgo para los intereses de la seguridad nacional", explicó la ministra Monica Maeland, citada en un comunicado.
"Por lo tanto, es necesario hacer una pausa en este proceso para obtener la documentación suficiente para evaluar la desinversión", añadió.
El gobierno de centroderecha del país nórdico se enfrenta desde hace unos días a la presión de la oposición sobre las consecuencias de una operación de este tipo para la seguridad nacional.
El fabricante de motores británico había anunciado a principios de febrero la venta por unos 150 millones de euros de su filial noruega, que emplea a 950 personas y generó en 2019 una facturación de 239 millones de libras (279 millones de euros).
TMH Group, una empresa privada con sede en Rusia, se presenta como especialista en ingeniería de transportes y uno de los principales proveedores de material rodante ferroviario, con unos 100.000 empleados en 25 plantas en el mundo.
