El fabricante alemán BMW y el grupo Stellantis se sumaron esta jornada a los grandes actores de la industria automotriz en advertir que la escasez mundial de microchips no solo se extenderá por todo lo que resta del año, sino que se prolongará más allá en el tiempo, afectando la producción y las ventas.
Una vez que estalló la pandemia del covid-19 los fabricantes automotrices se vieron obligados a cerrar sus plantas por algunas semanas o meses. Al retomar operaciones comenzaron a sufrir problemas en el suministro de semiconductores cuya producción global estaba siendo también exigida por la creciente industria de la electrónica de consumo.
Los automóviles se han vuelto cada vez más dependientes de los chips, para todo, desde la gestión informática de los motores para una mejor economía de combustible hasta las funciones de asistencia al conductor, como el frenado de emergencia.
Hambrientos de chips, los fabricantes de automóviles han centrado la producción en modelos de mayor margen y se han beneficiado de los precios más altos de los vehículos en medio de bajos inventarios para los consumidores.
El director financiero de Stellantis, Richard Palmer, dijo este martes que el cuarto fabricante de automóviles más grande del mundo no espera que el suministro de chips mejore antes del cuarto trimestre de este año, con una pérdida total de producción proyectada en alrededor de 1,4 millones de vehículos en 2021.
BMW, que hasta ahora se ha visto relativamente menos afectada por la escasez de chips que algunos de sus pares gracias a las sólidas relaciones con sus proveedores, también advirtió que la segunda mitad será más desafiante para el fabricante de automóviles de lujo alemán.
"Cuanto más duren los cuellos de botella en el suministro, más tensa será la situación", dijo el director financiero de BMW, Nicolas Peter, en un comunicado.
"Esperamos que las restricciones de producción continúen en la segunda mitad del año y, por lo tanto, tengan un impacto correspondiente en los volúmenes de ventas", añadió el ejecutivo.
Otros fabricantes de automóviles, desde Tesla hasta Ford Motor Co, han advertido que en el futuro previsible, la falta de chips es el principal obstáculo.
"Si bien fabricamos automóviles a toda velocidad, la situación de escasez global de chips sigue siendo bastante grave", dijo el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, la semana pasada.
El fabricante alemán de chips Infineon Technologies también proyectó un panorama sombrío este martes, diciendo que estaba luchando contra una tensión extrema en sus mercados, ya que la pandemia sigue afectando la producción y los inventarios alcanzan mínimos históricos.
"El repunte de los mercados mundiales de automóviles sigue viéndose obstaculizado por graves limitaciones de suministro en toda la cadena de valor", dijo a los analistas el director ejecutivo de Infineon, Reinhard Ploss. "Con todo, llevará tiempo volver a un equilibrio entre oferta y demanda".
"En nuestra opinión, esto tomará hasta bien entrado el 2022", agregó Ploss.
El instituto de investigación económica Ifo dijo el martes que la industria automotriz alemana y sus proveedores enfrentan la peor escasez de suministro de chips en 30 años. Una encuesta mostró que el 83% de las empresas se vieron afectadas, frente al 65% en abril.
"Esto está provocando paros en la producción", dijo el investigador de Ifo, Oliver Falck. "La escasez de semiconductores persistirá durante algún tiempo".
El domingo, el grupo de presión automovilístico francés CCFA-PFA advirtió que la escasez mundial de chips y un nuevo aumento de las infecciones por coronavirus están perjudicando las perspectivas de un fuerte repunte del mercado automovilístico francés.