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El fabricante francés de automóviles Renault espera producir al menos 300.000 vehículos menos este año debido a la escasez mundial de chips semiconductores, dijeron a Reuters fuentes cercanas a la firma, un golpe mucho mayor de lo estimado anteriormente.
La escasez de chips, que se utilizan en todo, desde sensores de freno hasta dirección asistida y sistemas de entretenimiento, ha llevado a los fabricantes de automóviles de todo el mundo a reducir o incluso suspender la producción, lo que elevó los precios de los vehículos.
Los problemas de suministro costarían a Renault más de un tercio más que los 220.000 vehículos perdidos que pronosticó a principios de septiembre.
Un portavoz de Renault se negó a comentar.
“Las previsiones cambian todo el tiempo, pero el déficit estará entre 300.000 y 400,00 vehículos”, dijo una de las fuentes. Eso representaría al menos el 8% de los 3,75 millones de vehículos que Renault vendió en el 2019 antes de la pandemia.
Las otras dos fuentes dijeron que la cifra podría estar entre 350.000 y 380.000 vehículos.
El analista de Stifel, Pierre-Yves Quemener, dijo que sería un "logro" si el déficit se pudiera limitar a 350.000 vehículos.
"Esto implicaría que mejorarían significativamente la situación en el cuarto trimestre, lo que me parece muy, muy ambicioso", dijo.
El proveedor de información con sede en Londres, IHS Markit, dijo a Reuters que la escasez de chips podría costarle a la industria automotriz alrededor de 11 millones de vehículos en producción perdida este año.
Mal momento para la industria
La crisis de chips ha llegado en el peor momento posible, dijo el martes el grupo de presión automotriz PFA, a medida que los fabricantes de automóviles se recuperan de las interrupciones del coronavirus y cambian hacia la producción de vehículos totalmente eléctricos.
Dijo que las limitaciones de suministro de chips podrían extenderse hasta el 2022.
Las empresas de electrónica de Malasia, fundamentales para el suministro mundial de chips, dijeron que los clientes que venden chips a fabricantes de automóviles y electrónicos quieren cerrar acuerdos a más largo plazo y están felices de pagar más si es necesario.
