Una imagen que se repite: El trasandino celebrando ante los azules.
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SANTIAGO.- Mucho se habló antes de su llegada de si era o no el refuerzo más importante para la nueva temporada del fútbol chileno. Diego Buonanotte arribó en julio a la Universidad Católica de Mario Salas con un gran peso en sus espaldas.
Tenía que cubrir una plaza en la que la escuadra franjeada no había podido encontrar el hombre, ante la intermitencia de Diego Rojas y Carlos Espinosa.
Y en apenas tres meses, el formado en River Plate ha respondido con creces a las expectativas, convirtiéndose una verdadera figura del equipo del "Comandante".
Buonanotte ha sido la manija del conjunto precordillerano, teniendo su gran primera actuación el 27 de agosto en el Estadio Nacional, cuando marcó un gol y hizo ver muy mal a Gonzalo Jara en la goleada 3-0 sobre la U, por la sexta fecha del Apertura.
Y casi como queriendo erigirse como verdugo de los azules y el propio defensa de la "Roja", pero esta vez en San Carlos, el ex Málaga nuevamente tuvo una actuación frente a la U para enmarcarla.
Tal como en esa tarde en Ñuñoa, el "Enano" tuvo minutos de fútbol brillantes, volviendo locos a los defensores laicos. Si bien había lucido por el torneo nacional, no había tenido la oportunidad de hacerlo en el marco de la Copa Chile.
Aquello se hizo realidad ayer: El trasandino estructuró el 2-0 definitivo a los 57 minutos con una precisa definición cruzada ante Fernando de Paul y además fue el causante de la expulsión de Jara poco después de la media hora de juego.
Eso sólo en cuanto a incidencias, ya que en el trámite del cotejo, el centrocampista proveniente del AEK Atenas fue fundamental en la gestación, confirmándose como el eje de un mediocampo franjeado, que con el correr de los encuentros, se ve cada vez más aceitado.
Los hinchas cruzados no se cansaban de alabarlo en la tribuna Sergio Livingstone. "Está jugando un kilo el chico", se escuchó de un fanático. Y era que no, el argentino parece haberse metido al bolsillo al aficionado franjeado, en base a grandes actuaciones.
Llamó la atención que Salas no lo sustituyera al final del encuentro para que se ganara la ovación. Pero de igual forma, una vez que el lance culminó y y los jugadores se retiraron a vestuarios, fueron muchos los que se acercaron hasta el límite de la tribuna para aplaudir otra brillante exhibición de un "Enano" que se transforma en un gigante viendo el color azul...
