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San Carlos pasó la prueba: Las estrictas medidas de seguridad que implantó la UC tras el incidente de Sebastián Pol

Para el duelo ante Colo Colo en el recinto precordillerano, se tomaron varias medidas con el fin de evitar desmanes, destacando la instalación de la manga para la entrada de los equipos.

07 de Noviembre de 2016 | 12:05 | Por Martín Gutiérrez, Emol
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El túnel inflable se estrenó en Las Condes.

Agencia Uno
SANTIAGO.- Mucho se habló la semana pasada sobre si el estadio San Carlos de Apoquindo estaba en condiciones de albergar el clásico entre la UC y Colo Colo.

Los graves incidentes que se registraron en el duelo con Audax, donde el delantero itálico Sebastián Pol le lanzó una patada a un hincha cruzado, instalaban un manto de dudas con respecto a la realización del compromiso en Las Condes.

Del lado del Cacique existía preocupación en torno al tema, pero todo quedó en nada. El pleito en la precordillera se autorizó, con el requisito de que Católica instalara una manga para la salida de los jugadores y reforzara la seguridad en todos los sectores del recinto.

Y en ese sentido, San Carlos cumplió a cabalidad de principio a fin, incluso con la presencia de los 600 aficionados albos que asistieron al cotejo.

Con un fuerte contingente policial desplegado desde temprano, en los alrededores se vivía una gran tranquilidad, a diferencia de lo que pasó en clásicos anteriores.

Ya con el juego iniciado, no se registraron incidentes violentos en la precordillera. Los equipos salieron a la cancha a través del túnel inflable, mientras que detrás de cada banca se reforzó la seguridad con la presencia de guardias.

Además, se exhibieron un par de afiches en los que se invitaba a calmar los ánimos y se advertía de las consecuencias que podía traer un mal comportamiento.

En la tribuna Sergio Livingstone, la que más estaba en entredicho luego del encuentro con Audax, hinchas con camiseta de Colo Colo pudieron ver el partido sin sufrir ningún problema.

A su vez, los clásicos "paraguas" en cada tiro de esquina lograron el objetivo de salvaguardar la integridad de los futbolistas.

Sobre el final, se volvió a inflar la manga, pero fue tan positivo el ambiente vivido en contrafuertes precordilleranos, que los jugadores albos se retiraron por la misma zona en la que Pol se salió de casillas.

Sólo aplausos, por el buen fútbol mostrado, fue lo que se llevaron los visitantes de parte del público ubicado en ese sector. Eso sí, los "paraguas" volvieron a aparecer, pero prácticamente por protocolo.

De esta manera, el estadio cruzado pasó la prueba con creces y echó por tierra todas las incógnitas con respecto a su seguridad.


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