A los hinchas cafetaleros les molestaron las lesiones de los jugadores chilenos.
Aton
BARRANQUILLA.- Chile sumó "un punto de oro" ante Colombia, pero mientras la "Roja" destacó el resultado obtenido en el "infierno" de Barranquilla, los locales lo lamentaron.
Los jugadores cafeteros se mostraron sorprendidos por el estilo del equipo de Juan Antonio Pizzi y criticaron que "se encargaron de detener el partido, de dormirlo y no jugar", tal como expresó Radamel Falcao.
Pero si los dirigidos por José Pekerman estaban molestos por el resultado, los hinchas locales estaban enfurecidos. Y así lo dejaron ver en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla.
A medida que el tiempo fue pasando y que Chile no daba espacios a Colombia, los fanáticos comenzaron a lanzarse contra la "Roja". Primero fueron tibias pifias, pero luego la silbatina fue enorme.
La indignación se hizo presente con las lesiones de los nacionales. Los minutos en que Claudio Bravo fue atendido antes de salir dejaron ver el malestar de los locales. Los insultos caían desde todos los sectores del recinto.
Es más. Cuando el portero del Manchester City dejó la cancha, la silbatina fue gigante. La salida de Charles Aránguiz no fue distinta. "¿Pero qué les pasa a estos hijos de...? Esto no puede ser, están jugando sucio", se escuchaba con fuerza en las tribunas.
Pero el momento más critico se vivió con Arturo Vidal. El volante ya había caído un par de veces antes, pero cuando su caída terminó con el fuera de la cancha las pifias se tomaron el Metropolitano de Barranquilla. Los gritos e insultos se multiplicaron.
"Llorones, mediocres, dedíquense a jugar", fueron algunos de los epítetos más suave que se escucharon en el recinto cafetero. Todo acompañado de una inmensa silbatina.
El pitazo final no sólo decretó el empate, también desató la ira de los locales que antes de abandonar el estadio no se guardaron nada y le dieron duro a la selección chilena.
"No puedo creer el partido que hizo Chile. Se dedicaron a hacer tiempo, a llorar y a tirarse al piso. Lo que menos hicieron fue jugar", lanzó Miguel Perea, hincha proveniente de Medellín.
"¿Estos son los bicampeones de América? No me jodan, quién puede llamarse campeón jugando así. Es una vergüenza, vinieron para tirarse al piso, para reclamar", criticó Giovanna Castillo, oriunda de Barranquilla.
Indignación en la hinchada cafetera, aunque las penas del fútbol las pasaron rápidamente, pues gran parte de los fanáticos se instalaron en los locales que rodean el Metropolitano para dar vida a una gran fiesta. Claro quedó que pase lo que pase, la rumba no se tranza por nada en Colombia.
