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La particular historia de uno de los mejores jugadores de polo del mundo y que hoy se luce en Chile

El uruguayo David Stirling es parte de la élite de este deporte y actualmente es la gran atracción del Abierto de Chile, donde defiende a Verfrut, el equipo sensación de la temporada.

17 de Diciembre de 2016 | 14:02 | Por Claudio Ortega Ayala, Emol
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Stirling cabalga a todo ritmo para guiar a Verfrut hacia la anhelada "Triple Corona".

El Mercurio
SANTIAGO.- Quizás, sólo los seguidores del mundo del polo saben muy bien quién es David Stirling, pero para aquellos que no lo conocen basta con decir que, en su deporte, su figura está, por ejemplo, a la altura de Neymar. Sólo para hacerse una idea.

El uruguayo es el sexto mejor jugador del planeta y defiende cada temporada a La Dolfina, uno de los equipos con más historia, éxito y trayectoria del mundo. Calidad tiene de sobra y lo está demostrando hoy en Chile.

Por estos días, el "charrúa" se luce en suelo nacional jugando para Verfrut, cuarteto sensación de la temporada que lucha por ganar el Abierto de Chile y conquistar el pleno en la "Triple Corona".

El pasado miércoles tuvo una actuación sobresaliente en el dramático triunfo de 9-8 sobre El Paraíso-RKF demostrando por qué pertenece al selecto grupo de los únicos 7 polistas del mundo que tienen handicap 10, el mayor posible en este deporte.

Pero más allá de sus pergaminos y de su gran nivel, Stirling mantiene la modestia que lo caracteriza. "Uno siempre trata de hacer lo mejor, de aportar con lo suyo, pero aquí lo importante es el equipo y el trabajo de todos", sostiene a Emol.

El uruguayo hoy disfruta en lo más alto. No sólo está en el top ten del ranking mundial, además, viene de ganar el Abierto Argentino de Polo y de ser elegido el mejor jugador de la final. Para tocar la gloria, ha tenido que recorrer un largo camino.

Sus inicios

Su pasión por este deporte comenzó gracias a su padre, David, quien popularizó el polo en el pueblo de Sotogrande, España. Luego de probar en el fútbol, el uruguayo finalmente se decidió por la disciplina de los caballos cuando tenía 14 años.

Stirling comenzó a perfeccionarse y fue en Inglaterra cuando conoció a Adolfo Cambiaso, uno de los polistas con más historia de todo el mundo y actual número uno del planeta.

"Nos conocimos durante mi estadía en Inglaterra y años más tarde (2007) me invitó a Argentina para conocer más de cerca este deporte", recuerda el "charrúa".

Stirling sabía que podía aprender de uno de los mejores y, por eso, no dudó en instalarse en suelo trasandino. Allí, su primera y particular misión fue cuidar los caballos de Cambiaso.

"Él me abrió las puertas de su casa y le debo mucho porque me ayudó en todo. Mientras yo cuidaba sus caballos, él me dio un lugar para tener los míos, me dio un espacio en La Dolfina y me hizo sentir parte de su familia", cuenta.

"Adolfo me dio una gran mano, aprendí mucho a su lado, no sólo como polista, también como organizador. Todo lo que viví junto a él me sirvió mucho", agrega.

El uruguayo comenzó a surgir rápidamente. Tres años después de llegar a Argentina daba el gran salto al integrarse al plantel de honor de La Dolfina. Ya en su primera temporada llegaba a la final del Abierto de Palermo y en la segunda conquistaba el título.

Más tarde llegarían los éxitos conquistando la "Triple Corona" trasandina y logrando una espectacular arremetida en el ranking mundial, donde llegó a ser número tres del planeta.

¿Por qué venir a Chile?

Pocas veces estrellas del deporte mundial llegan a suelo nacional, por lo que el caso de Stirling no deja de ser llamativo, más aún al conocer su historia.

En 2007 David vino a Chile a defender por primera vez a Verfrut gracias a una invitación de Romano Vercellino. El empresario frutícola sabía del nivel del uruguayo y no dudó en traerlo para reforzar su equipo.

Ese paso por tierra nacional sirvió para que Stirling se enamorará de María José, la hija de Vercellino. "Vine por la copa y me terminé llevando a su hija", recuerda entre risas. Desde ese entonces mantiene un estrecho lazo con Chile.

Pero su vínculo familiar no es lo único que lo motiva para trasladarse a suelo nacional. También el crecimiento que ha tenido este deporte en el país y la emoción que significa jugar el Abierto de Chile.

"Chile viene creciendo a grandes pasos. Hace años que se están haciendo las cosas bien. Hay mucho interés de los auspiciadores, una gran organización y jugadores con buen futuro", explica.

Este sábado, Stirling luchará por llegar con Verfrut a la final del Abierto de Chile. El uruguayo sabe que no será fácil, pues enfrentarán al "poderoso" Peugeot, sin embargo, confía en que su equipo tiene las condiciones para ganar y soñar con el pleno en la "Triple Corona".
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