China también se fija en los chilenos.
EFE
SANTIAGO.- El fútbol chino ya ha dado importantes señales de que quiere dar rápidamente el salto a la élite mundial y para ello están usando la estrategia de fichar a grandes estrellas.
Son varios los jugadores que han llegado a suelo asiático a cambio de millonarios contratos. Basta ver las impresionantes cifras que convirtieron a Carlos Tévez en el mejor pagado del planeta al firmar por el Shanghai Shenhua.
Y esta obsesión por potenciarse con destacados futbolistas también han aparecido nombres de chilenos vinculados a clubes chinos.
La oferta más llamativa la tiene
Alexis Sánchez. El delantero, quien aún no renueva con el Arsenal, ha sido tentado con una estratosférica propuesta.
Hoy el seleccionado nacional gana cerca de 130 millones de pesos semanales en el club inglés, pero de aceptar la oferta asiática pasaría a obtener 300 millones de pesos cada 7 días. Impresionante.
Los números son inmensamente seductores, pero la propuesta no deja de ser descabellada, pues si bien es una cifra increíble, partir a China sería alejarse de la élite del fútbol mundial.
Pero Alexis no es el único que ha sido tentado desde Asia.
Eduardo Vargas es otro de los seleccionados nacionales que ha recibido el llamado de este balompié.
Si bien se desconoce la propuesta que manejaría el delantero, el Hoffenheim ya recibió la oferta y el propio atacante admitió que partir a este país es una posibilidad.
"Tendría que conversarlo con mi familia, mi mujer. Si es una buena situación y si es un equipo que está peleando el campeonato, me gustaría", señaló.
Y el último tentado por China es
José Pedro Fuenzalida. Según El Mercurio, el volante de la UC fue contactado por emisarios del Beijing Renhe, de la Segunda división.
El club en cuestión le ofrece un contrato que supera ampliamente lo que el "Chapa" gana hoy en los cruzados, aunque hay dos elementos que lo hacen dudar.
El primero es el futbolístico. Partir a un país que aún no da el gran salto y más aún a su Segunda división le genera mucha incertidumbre. Lo segundo es que el vínculo ofertado es sólo por un año, y aunque es renovable, Fuenzalida no está convencido.