El técnico Mateo Garralda consuela a Emil Feuchtmann, quien tenía su camiseta ensangrentada.
EFE
SANTIAGO.- Chile tenía ayer viernes la opción de hacer historia en el Mundial de Balonmano jugado en Francia. De ganar a Arabia Saudita habría conseguido una histórica clasificación a octavos de final del certamen.
Y estuvo cerca el equipo comandado por Mateo Garralda. En gran parte del pleito estuvo arriba en el marcador, pero en el el último pedazo del encuentro el rival se lo dio vuelta y le quito al elenco nacional la posibilidad de seguir en carrera.
El vuelco en el match estuvo acompañado de un increíble bochorno que vivió el conjunto criollo. Resulta que cuando quedaban 15 minutos para el final, y el marcador indicaba un empate a 18, Emil Feuchtmann, una de las figuras del equipo, sufre un golpe en el rostro, y queda sangrando. El juez no lo deja volver, porque su polera estaba manchada. Se acerca a la banca para poder cambiar su camiseta, pero se encuentra con la sorpresa que no había otra.
"Eran los minutos más importantes que estaba jugando por la selección. Es cierto, no estábamos bien tácticamente, pero no poder jugar al final es algo de lo que nadie me puede consolar. Ningún jugador merece eso", confesó el central.
Fue tanta la impotencia, que Emil increpó duramente al presidente de la federación, Marcel Mancilla. "Es una falta de respeto tremenda y que no tiene explicación. Nunca había vivido esta frustración", agregó el mayor del trío Feuchtmann.
Y si bien Chile alcanzó a adelantarse en el marcador (20-18), terminó cediendo el pleito por un 26-25. "Cuando se vio que ya no se podía hacer nada (con Emil), en lo único que me centré fue en reestructurar al equipo en ataque", reconoció el estratega Mateo Garralda.
Mancilla, por su parte, justificó el problema. "Siempre tenemos camisetas de recambio, pero esto fue fortuito, y a veces los árbitros permiten que jueguen igual, con sangre. De hecho, pasó lo mismo en el duelo entre Alemania y Croacia. Contamos con camisetas de recambio para los pivotes, que suelen romperlas, pero no poseemos para todos los jugadores", explicó el dirigente.
"Es un error. Tener 48 camisetas parece simple, y la explicación fácil sería la falta de recursos, pero decirlo es excusarse en algo que sabemos que es un proceso. Debemos aprender a prepararnos, porque es primera vez que nos sucede algo así", agregó el mandamás.
Con la caída, la Roja debía esperar que Hungría venciera a Bielorrusia. Algo que, en el juego, estuvo lejos de pasar. Los magiares jamás estuvieron arriba, y, en definitiva, se inclinaron por 27-25, lo que dejó a ambos clasificados y a Chile fuera de los octavos de final, el sueño que pretendían alcanzar.
La participación nacional continúa en Francia, pero ya por la Copa Presidentes. Los nacionales pelearán por los lugares 21º al 24º. La primera estación es mañana (10:00 horas) ante Bahrein.
