Chile competirá contra Argentina.
Archivo El Mercurio
SANTIAGO.- Salió humo blanco. En el día que se vencía el plazo, el Gobierno aceptó que Chile postule para ser sede de los Juegos Panamericanos del 2023.
Esto significa un gran triunfo para el Ministro de Deportes, Pablo Squella, y para el presidente del Comité Olímpico de Chile, Neven Ilic, quienes fueron los impulsores de esta idea.
Pero no fue fácil. La semana pasada se informó que desde Hacienda rechazaban el proyecto presentado. Se pensó que era el "no" definitivo. Sin embargo, la Presidenta Michelle Bachelet y su equipo técnico-económico dieron la luz verde.
Hasta ahora sólo Buenos Aires había presentado oficialmente su candidatura. La elección de la sede se realizará en octubre de este año.
La propuesta chilena
El proyecto presentado al Ejecutivo representa una inversión total de US$ 500 millones, monto que incluye gastos privados, como la edificación de la Villa Panamericana, que sería en terrenos cedidos por el Estado en el ex aeródromo de Cerrillos.
El monto representa un 0,79% del presupuesto 2016 del Estado, aunque triplica los fondos entregados al Ministerio del Deporte para su funcionamiento total en 2016. De todos modos, la cifra es menos de la mitad de la que utilizará Lima para recibir los Juegos de 2019.
El proyecto contempla que el fisco ceda los terrenos en los que se ubicaba el aeródromo de Cerrillos para que privados construyan los edificios de departamentos y, luego de los Juegos, los vendan a particulares y recuperen la inversión.
