SANTIAGO.- Este domingo en la máxima categoría del fútbol vietnamita vivió un episodio insólito, por decir lo menos. El Ho Chi Min City goleó por 5-2 al Long An FC, aunque después de una controversial medida del árbitro, los perdedores se dejaron hacer tres goles.
Así es. Se jugaban los últimos minutos del segundo tiempo y el marcador estaba 2-2, cuando se ejecutó un tiro libre del Ho Chi Minh, y uno de sus jugadores se cayó en el área rival y el juez no dudó en cobrar la pena máxima, lo que terminó con la intensa protesta de los visitantes.
Los jugadores del Long An se negaban a seguir jugando debido al cobro, por lo que estuvieron por varios minutos todos reunidos a un costado del campo. El réferi se mantuvo firme en su decisión, por lo el duelo se reanudó, pero de la manera más insólita posible.
El argentino Víctor Hormazabal pateó el penal, pero el arquero rival en lugar de intentar contener el disparo, le dio la espalda a su rival para que la pelota ingresara sin mayores problemas, ante la sorpresa de todos los presentes.
Aunque su reclamo no quedó ahí. Al reanudar el juego, casi al término del tiempo reglamentario, los delanteros del Long An entregaron la pelota a sus rivales y se quedaron inmóviles en el campo.
Frente a tal situación, uno de los atacantes tomó la pelota y avanzó hasta llegar al área rival. El arquero salió, pero no para intentar evitar una nueva conquista del local, sino que para dar una "vuelta de carnero" al momento que el atacante remató al arco.
Pero no fue todo, puesto que al volver a reanudar el compromiso los visitantes repitieron la acción, dejando el marcador final en 5-2 en favor del Ho Chi Minh City. Insólito desde donde se mire.