Durante su regreso a las canchas Gonzalo Lama tuvo momentos de muy buen tenis.
Marco Muga, El Mercurio
SANTIAGO.- Fueron exactamente 132 días que tuvo que esperar el tenista chileno Gonzalo Lama para volver nuevamente a una cancha. Una rebelde lesión y posterior operación a la muñeca derecha lo dejó fuera de competencia, el pasado 25 de octubre.
Estaba ansioso por tomar una raqueta y sentir la adrenalina de la competencia. De hecho, un día antes de su debut en el Challenger de Santiago se dio tiempo para invitar a todos sus seguidores de Twitter para que lo acompañaran en la pista central del Club Manquehue.
Y así no más fue. Cerca de 600 personas llenaron el recinto de Vitacura para presenciar el regreso del "León" al circuito de la ATP.
Como era de esperar, el criollo evidenciaba nervios. A pocos minutos de comenzar el match, se movía de un lado para otro. Estiraba una pierna, estiraba la otra.
Daba raquetazos en el calentamiento contra su rival, el trasandino Leonardo Mayer, el mismo que a fines de noviembre levantó la "Ensaladera de Plata", tras conquistar la Copa Davis con Argentina frente a Croacia.
Con el correr de los minutos, Lama comenzó a soltarse. Las ansias de los primeros pasajes del partido iban quedando atrás, a diferencia de su padre quien sufría desde la tribuna la vuelta de su hijo.
Pero cuando comenzaba a salir esa fulminante derecha, esa que lo llevó a estar el 20 de junio de 2016 en el puesto 160 del planeta (hoy es el 248) Mayer aprovechó un par de errores no forzados del santiaguino y logró el primer break del duelo.
Pese a ello, Lama seguía batallando, aunque a ratos se desconcentraba, se recriminaba por un mal golpe o miraba al cielo, como buscando explicación a un punto errado.
Dos bolas para el rompimiento
Luego de perder el primer set por 6-3, se escuchó más fuerte que nunca el apoyo del público: "Vamos Gonzalo", "no te rindas 'León'", eran los vítores que caían para el chileno.
Claramente, esto levantó al jugador local quien luego de ganar el primer game de la segunda manga tuvo dos bolas para el rompimiento. Sin embargo, Mayer se lo negó con buen tenis y solventes golpes desde el fondo de la cancha.
De ahí en adelante se acabó la resistencia del nacional. Le quebraron su servicio en el quinto juego y simplemente de derrumbó. Sentado en su silla de descanso, tomó la toalla y se tapó la cabeza. Luego caminó hacia su sector de la pista y su rostro abatido lo decía todo. Se notaba entregado.
Y en el séptimo game nuevamente Mayer logró el quiebre y de paso se llevó la manga por un claro 6-1. Después de una hora y ocho minutos Lama dejaba la cancha central del Manquehue bajo una fuerte ovación, mientras unos niños le pedían una fotografía y él accedía sin inconvenientes.
En tanto, su padre no ocultaba su desazón y se abrazaba con el presidente de la Federación de Tenis de Chile, Ulises Cerda, quien lo consolaba y le insistía: "Gonzalo volverá a retomar su buen tenis".
No había más en la arcilla del Manquehue, solo la dura derrota que marcaba el retorno de Lama al circuito, aunque pese a ello, a final del match el "León" no se guardó nada: "Es muy triste volver después de tanto tiempo y sentir el sabor de la derrota, no es grato. Pero no me voy a venir abajo, hay que seguir no más, ya que nunca nada se me ha hecho fácil y ahora no será la excepción".
Y agregó: "Falta mucho para volver a ver esa derecha fulminante, pero estoy trabajando para recuperarla".
