Fernando González ante el grupo de niños que lo escuchó atentamente.
Javier Ugarte, Emol
SANTIAGO.- "Cuando se gana o se logran cosas en la vida es porque tienes confianza, pero la mejor confianza es cuando llegas bien preparado a desarrollar lo que quieres". No son las palabras de un profesor, ni mucho menos de un terapeuta infantil. Tampoco las frases de un sicólogo deportivo o un entrenador, sino que es el mensaje fuerte y claro que el ex tenista profesional Fernando González le comunica a cerca de 50 niños de la escuela de tenis del Club Manquehue.
Mientras en la cancha central del recinto de Vitacura se disputaba el partido por la segunda ronda del Challenger de Santiago, entre el argentino Leonardo Mayer y el italiano Simone Bolelli, el medallista olímpico en Atenas 2004, el mismo que compitió durante 13 años en el circuito de la ATP, ganó 14 títulos singles y llegó a ser cinco del planeta, se da tiempo de explotar una de sus nuevas pasiones: las charlas motivacionales para futuros tenistas.
"En el tenis, como en la vida, no se trata de ganar por ganar, sino que es una disciplina donde debes ser riguroso en un ciento por ciento con tu dormir, las comidas, los entrenamientos, los cuidados, todo. Es un trabajo día a día que vas perfeccionándolo para así alcanzar tus objetivos", les explica González de forma muy distendida a los niños y éstos observan muy atentos.
Después de cinco minutos, donde el "Bombardero de La Reina" cuenta sus inicios y las motivaciones que lo llevaron a optar por el tenis, comienzan las preguntas de los presentes.
Entre las consultas, surge una que tiene que ver con sus estudios escolares, a lo que el ex tenista responde: "Es verdad, dejé el colegio a los 12 años, pero igual terminé de estudiar, pues cuando existe una pasión, como el tenis, el cansancio o hacer otras responsabilidades no deben ser un impedimento".
Quedó llorando por Massú
Son varias las preguntas que van saliendo durante la charla y en cada una de ellas el ex tenista entrega su mejor respuesta, la que a ratos saca más de alguna carcajada.
Como por ejemplo, cuando le preguntaron por la derrota que más le dolió: "Puede ser la final de Australia con Roger Federer, pero creo que la derrota más dolorosa que recuerdo fue cuando tenía 9 años y Nicolás Massú me ganó en los cuartos de final de un torneo nacional. Terminé llorando, no lo podía creer", señala entre las risas de los niños.
Otra consulta que respondió González fue sobre cuáles fueron sus mejores momentos durante su carrera profesional. "Cada etapa fue importante, aunque obviamente están los Juegos Olímpicos, los Grand Slam, pero también hubo momentos inolvidables como jugar tenis en familia con mis padres o mis hermanas. Sin público, sin dinero, sin la presión por ganar. Eso es algo que no se olvida jamás".
Como tampoco se le olvida recordar al tenista más antipático que le tocó enfrentar: "Lleyton Hewitt, me encantaba jugar contra él. Era bastante pesado, pero yo también era pesado en la cancha. Nos mirábamos siempre feo, pero cuando terminaba el partido nos dábamos un buen apretón de manos".
Han pasado 35 minutos y antes de retirarse al ex Top Ten le formulan la última pregunta: "¿Qué necesitan los actuales tenistas chilenos para ser de elite?"
"Tiempo. Son jóvenes y tienen mucho talento para seguir creciendo. No hay que presionarlos", cierra González entre aplausos de los niños y varias fotos.
Un ídolo que hoy se mueve entre las charlas motivacionales.
