El presidente de Perú Pedro Pablo Kuczynski.
AFP
LIMA- El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, descartó que Lima renuncie a organizar los Juegos Panamericanos de 2019, después de que el presidente de la mayor organización gremial de la empresa privada, Roque Benavides, planteara esa opción por las tragedias naturales.
"El Perú ha aceptado ser huésped para los Panamericanos (en Lima), en una competencia donde le ganamos a otros países (a ciudades de Chile y Argentina). Sería una tragedia no poder cumplir", afirmó Kuczynski ante reporteros.
Benavides, magnate de la minería que asumió recientemente la presidencia de la poderosa Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas de Perú, planteó que el país olvide la justa continental y que el dinero vaya a auxiliar a las víctimas de inundaciones.
"Tenemos varios proyectos que vienen del Gobierno anterior (de Ollanta Humala), pero son enormes de recursos. Espero que el público extranjero entienda que tenemos que reorientar los recursos", aseveró Benavides.
"No conozco esa propuesta y la desconozco deliberadamente", respondió Kuczynki frente a esa sugerencia. La propuesta de Benavides ya había sido rechazada por el vicepresidente de Perú y ministro de Transporte, Martín Vizcarra, quien recordó que lo más importante de los Panamericanos es, por sobre lo económico, la "rentabilidad social".
Perú tiene planteado invertir en los Panamericanos unos 1.265 millones de dólares y los críticos del evento temen que mucho de ese dinero se destine a construcciones gigantescas que después queden subutilizadas.
A diferencia de lo que ocurre en buena parte de los países que han organizado Panamericanos, en el país incaico la responsabilidad ha recaído casi exclusivamente en el Gobierno central, a través del Ministerio de Educación, mientras la alcaldía de Lima se ha puesto de perfil y ve como espectadora lo que ocurre.
Las inundaciones en Perú, causadas por intensas lluvias que derivan en desbordes de ríos, quebradas y lagunas, dejan desde diciembre 48 muertos, unas 250.000 personas afectadas y millones de dólares en pérdidas por viviendas, carreteras, puentes, cultivos, colegios y demás infraestructura.