RANCAGUA.- El Sudamericano Sub 17 ya terminó y pese a la dura derrota sufrida anoche ante Brasil, el saldo fue sumamente positivo para la "Roja": Segundo lugar en el hexagonal final y una clasificación en cancha, después de 20 años, a un Mundial de la categoría, el que se llevará a cabo en octubre de este 2017.
Si bien el proceso preparativo para conseguir una hazaña como esta es largo, hubo un lugar donde se gestó la clasificación durante el mismo Sudamericano. Se trata del Monasterio Celeste, centro de entrenamientos de O’Higgins de Rancagua donde la selección de Hernán Caputto entrenó mientras duró el certamen.
Y a pesar que se trata de un elenco juvenil, la preparación dentro del recinto rancagüino fue tan intensa como la que efectúa cualquier equipo profesional, ayudados además por la infraestructura e instalaciones que ofreció el lugar. Aunque no todo vino desde el centro de entrenamientos.
"Ellos nos pidieron entrenar a la misma hora que se iban a jugar los partidos. Fue su único requerimiento, el que plantearon de manera muy respetuosa. Ellos plantearon que les interesaba entrenar en el mismo horario que iban a jugar para acostumbrarse al clima y a todos los factores. Ahora estamos felices, porque nos sentimos un poco parte de esto (la clasificación)", aseguró a Emol el jefe técnico del fútbol joven de O’Higgins, Fernando Vergara.
La "Roja" Sub 17 efectuó todos sus entrenamientos durante el Sudamericano en la cancha principal del Monasterio, la misma que utiliza el plantel de honor de O’Higgins, donde se pudo apreciar de cerca el trato que mostró Caputto con sus dirigidos.
"En cuanto al trabajo diario, sí conozco cómo trabaja Hernán y su gente y realmente han hecho un excelente trabajo que ha mezclado, a mi juicio, un poco de contención, de cercanía, de afecto, pero también ha sido sumamente riguroso con la disciplina, con el orden, con la responsabilidad. Hay pautas que ha ido estableciendo. Realmente ha quedado a las claro que cuando se trata de entrenar y de formar jóvenes las dos caras tienen que estar presentes: la cercanía y el límite", complementó Vergara.
Y aunque los seleccionados chilenos no superan los 17 años, la mayoría tiene 16, desde el recinto rancagüino destacan su profesionalismo e intensidad a la hora de entrenar. Aunque también destacaron los beneficios que entregó el complejo de O’Higgins a los seleccionados chilenos.
"El mérito mayor lo tienen ellos, el cuerpo técnico y los jugadores. El complejo aportó un escenario de mucha tranquilidad. En este lugar se trabaja de manera muy tranquila, no hay urbanidad cerca, lo que permite que no llegue tanta gente. Que ellos no tengan que soportar la presión y la euforia del público. Y estas instalaciones tienen campos de entrenamiento de primera calidad, gimnasios, todas las condiciones para que ellos llevaran a cabo una preparación de alto rendimiento", concluyó el formador.
Ahora la "Roja" Sub 17 se despide del Monasterio Celeste y de Rancagua, aunque con la satisfacción de haber logrado algo histórico, como clasificar a un Mundial de la categoría después de 20 años. De seguro que tendrán entre los recuerdos de esta hazaña su paso por el complejo donde finalmente gestaron la clasificación a la cita planetaria de India.
