Soto niega haberse enriquecido con los dineros del Sifup.
Archivo El Mercurio
SANTIAGO.- El pasado lunes estalló la bomba. Se denunciaron supuestas millonarias irregularidades en los manejos de recursos del Sindicato de Futbolistas Profesionales, lo que gatilló en la renuncia de Carlos Soto, ex timonel del organismo.
Desde ahí el otrora jugador se ha dedicado a explicar por qué sucedió esto y qué se hizo con los dineros. Uno de los temas más polémicos fue los excesivos gastos en vestimenta y objetos religiosos.
"La ropa de Zara ($1.820.000) fue para comprar 14 o 15 ternos para los directores y administrativos, pensando en la gala de fin de año. Es el símil que hace una organización que compra ropa para que estén todos uniformados. Claro, no fue aprobado por la asamblea, pero si fuera por eso, tendría que pedir autorización para cada donación", arranca justificando Soto en onversación con El Mercurio.
Luego reconoce que."sí cometimos un error al hacer un aporte a la iglesia Casa de Estudios por un millón de pesos. Eso no corresponde, no resiste mayor análisis. Lo mismo con los libros, 'Cambia tu Ritmo', son textos devocionales con historias de deportistas que tienen un mensaje bíblico".
Otro punto de conflicto es la millonaria remodelación de las oficinas del Sifup, en la que se estima se gastaron 11 millones de pesos.
"Es una opinión respetable, pero creemos que, por el contrario, quedó una sede en un lugar privilegiado, que cubre todas las necesidades de los futbolistas. Son 11 millones que incluyen el servicio de la empresa, la compra de los muebles, etcétera. Quedó de lujo, acorde a los nuevos tiempo".
Al ser consultado de por qué sucedió todo esto, el ex timonel argumentó que "nos quedamos en el amateurismo desde el punto de vista de la administración y de los procedimientos. No hemos tenido un cambio de mando en cinco períodos. Teníamos una manera muy sui géneris de administrar. A veces se cortaba el teléfono y alguien decía 'yo lo pago' y después lo reembolsábamos. En una empresa, eso no pasa. Pero nosotros, que funcionábamos a la antigua, nos pasó".
Y finalmente aclaró que él no sacó provecho personal de todo esto. "Vivo en el mismo departamento de hace 20 años, en La Cañada. Entré con dos autos y sigo con dos autos: un Yaris de 2006 y un Accent 2013. Sigo pagando créditos hipotecarios como cualquier persona. No me enriquecí", sentenció.
