Los nuevos campeones del rodeo en Chile.
Juan Eduardo López, El Mercurio
SANTIAGO.- Fue una fiesta con emoción hasta el final. Juan y Bruno Rehbein se coronaron como los nuevos monarcas del Champion de Chile ayer domingo en la Medialuna de Rancagua.
Bruno Rehbein, el hijo, y Juan Antonio el padre, se convirtieron así en los nuevos reyes del rodeo nacional, ganando en la serie Campeones del 69º Chileno.
Y los vencedores con lágrimas en los ojos no daban más en la emoción después de lograr la hazaña.
"No lo creo, de verdad. Esto es el sueño de todo corredor y lo acabo de cumplir", comentaba Bruno a El Mercurio, visiblemente emocionado, observando a las 13 mil almas que vitoreaban su apellido.
"Se nos dio todo, amigo. Los caballos corrieron bien. Cuando uno es campeón parece que todo fue bueno. Sabíamos que teníamos que dar todo en el último toro y nos resultó", señalaba Juan, mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas.
En tanto, los vicecampeones Gonzalo Abarca y Gonzalo Zunino (Criadero Agua de los Campos y Maquena) también festejaron. Zunino detalló: "Todavía no puedo creer todo lo que ha pasado. Correr junto a mi compañero en el Chileno ha sido lo mejor. Es un sueño". "Nunca en mi vida me imaginé quedar segundo de Chile. Pensábamos retirar esta collera ("Timbero" y "Dispuesta"), pero tendrá que aguantar otra temporada más", aportó Abarca.
La definición
Cabe recordar que en una reñida competencia, los representantes de la asociación Llanquihue y Palena ingresaron al último novillo con un punto menos que Gonzalo Abarca y Gonzalo Zunino, por lo que la presión y los nervios se instalaron en la Monumental desde que los sureños salieron del apiñadero.
Cero puntos en la mano de adelante, seguida de dos enquinchadas de cuatro positivos los dejaron con 40 unidades, poniéndoles una dura tarea a los de Cerrillos, que cerraban la serie.
Carrera corrida de Zunino y Abarca, y rápidamente los miradas, cámaras y aplausos apuntaron hacia los Rehbein: sus rivales habían logrado solo siete puntos buenos, lo que desató la emoción de padre e hijo, quienes sobre los lomos de "Buen Tipo" y "Onofre" hicieron historia en la arena sagrada de Rancagua.