SANTIAGO.- A lo largo de todos los fines de semana, comúnmente el mundo del planeta fútbol entrega situaciones en las que los futbolistas simulan para sacar provecho de algunas jugadas.
Pero lo que ocurrió en la fecha 33 de la Premiership del fútbol escocés es una maniobra que definitivamente llama la atención, por lo insólita y descomunal que terminó resultando.
El Celtic ganaba por 2-1 al Ross County en condición de visitante cuando sobre el final vino un desborde por derecha que terminó con el jugador neerlandés Alex Schalk despachándose un descarado piscinazo.
El árbitro Don Robertson terminó comprando la impresionante simulación de Schalk y cobró falta penal, ante la incredulidad de todos los jugadores del Celtic
Liam Boyce cambió por gol la falta y terminó sentenciando el empate cuando el Celtic ya se frotaba las manos con una victoria que parecía evidente.
Una jugada que está dando la vuelta al mundo y que nuevamente pone en el tapete el tema de la viveza en el balompié...