El brasileño se mostró dolido por dejar fuera a su ex club.
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SANTIAGO.- Dani Alves jugó un duelo aparte en el Camp Nou. Besó el césped antes de entrar a la cancha y vivió un "chascarro" por quedarse conversando con la banca del Barcelona cuando comenzó el partido.
Era el regreso del brasileño que tantos triunfos consiguió con la camiseta blaugrana, y que no dudó en consolar a Neymar cuando la Juventus aseguró su paso a la semifinal del certamen europeo.
Por lo mismo, Alves no tuvo reparos en confesar lo difícil que fue para él vencer a su antiguo club, con el que disfrutó inmensas alegrías. "Estoy feliz por mi equipo y por mis compañeros, pero me queda un sabor medio agridulce por volver después de haber vivido tantas cosas buenas aquí".
"Es una sensación rara, ver a tus amigos tristes, duele mucho. Pero así es la profesión, estoy seguro que si hubiera sido al revés ellos estarían tristes por mí", profundizó el carrilero.
Además, el otrora defensor del Sevilla expresó que "esto es así, esto funciona de esta manera. No me quería enfrentar a ellos. Pero no por temor, sino por la sensación de vivir separados después de tantas cosas juntos. Es demasiado duro cuando hay sentimientos".
Sin embargo, Alves es consciente de que en el fútbol hay que tener la mente fría. "Los sentimientos hay que dejarlos fuera, pero la sensación es lo que queda. Tienes que defender tus colores con honor y eso es lo que trato de hacer yo. Es un aprendizaje para seguir mejorando, hay que intentar levantarse del golpe", indicó.
Consultado sobre su siguiente desafío en las semifinales de la Champions, el brasileño manifestó que "el objetivo está muy cerca, todos los equipos que han llegado hasta aquí han merecido estar aquí. Independientemente de quien toque, tenemos que prepararlo bien".
