SANTIAGO.- El clásico español entre el Real Madrid y Barcelona tuvo de todo. Golazos, un expulsado y polémicas. En este último punto hubo dos jugadores que fueron los principales protagonistas.
Sergio Ramos y Gerard Piqué no se guardaron nada. Es conocida su rivalidad y duro cruce de palabras. Ya sea a través de redes sociales o ante los medios.
Ayer no fue la excepción. Y todo se agravó cuando el capitán de los merengues se fue expulsado por una violenta entrada contra Lionel Messi.
Al momento de irse a las duchas, Ramos se dirigió a Piqué y le dijo "habla ahora", haciendo un gesto con las manos y por las constantes críticas que ha hecho el culé a los árbitros. Además, el madridista aplaudió mirando a las tribunas, dando a entender que las autoridades de la Liga tenían la culpa.
Tras el partido ambos se enfrentaron ante los micrófonos. "Cuando llegue a casa se va a arrepentir porque la roja es clara, va con los dos pies por delante. Lo que pasa es que aquí están acostumbrados a arbitrajes muy permisivos y el de hoy no lo ha sido", dijo el del Barça.
A lo que Ramos respondió. "La tarjeta roja ha sido excesiva y nos ha condicionado para el resto del partido. Es verdad que llego tarde y la acción es llamativa, pero nunca voy a hacer daño. Messi lo hace muy bien, salta y se ve que ni lo toco. Geri se pasa todo el día opinando sobre los árbitros y presionando. Al final le he dicho que con tanta presión y quejas os llevais el gato al agua. Sé que ha dicho que me arrepentiría cuando viera las imágenes, pero después de cinco minutos de hielo pienso igual. No me llevo nada mal con él, pero no me pidais que ahora le dé un abrazo".