Los hinchas del cuadro ruso Lokomotiv.
Agencia (archivo)
SOCHI.- Los incidentes ocurridos el martes en la final de la Copa de Rusia disputada en el estadio Fisht de Sochi han puesto en evidencia a Rusia, por lo que la FIFA está en alerta de cara a la Copa Confederaciones y a la Copa Mundial en 2018.
Varios centenares de hinchas del Lokomotiv, cuadrom que resultó campéon, invadieron el terreno de juego después de que Ígor Denísov marcara el primer gol del encuentro y se lanzara a celebrarlo con el fondo donde se encontraban concentrados los aficionados de su equipo.
El cordón policial no pudo frenar el empuje de los seguidores del equipo moscovita, que entraron en el campo cuando aún faltaba un cuarto de hora para el final del encuentro.
Los miembros de los servicios de seguridad se mostraron incapaces de detener a los aficionados, algunos de los cuales cruzaron todo el campo para abrazarse en la portería contraria con el guardameta de su equipo.
Luego de esa invasión del campo, la policía ya no consiguió que cientos de aficionados del Lokomotiv abandonaran el campo tras la portería del equipo rival, el modesto Ural, que a la postre acabaría encajando un segundo gol en el minuto 90.
Durante la vuelta de honor y la ceremonia de entrega del trofeo los seguidores del monarca siguieron desafiando a la policía y accedieron al campo entre los olés de los aficionados en las gradas.
Los ultras rusos ya demostraron en la pasada Eurocopa de Francia que no tienen nada que envidiar a los "hooligan" ingleses, lo que casi le cuesta la expulsión del torneo de su selección.
En tanto, el comité organizador introducirá en la Copa Confederaciones la necesidad de un carné del aficionado para poder acceder a los estadios, una forma de evitar la presencia de ultras, tanto rusos como extranjeros.
Aunque el Gobierno ruso aprobó una ley para endurecer los castigos contra los ultras de fútbol, que incluye su deportación, y se ha reservado el derecho a elaborar listas negras, la organización del Mundial tendrá que hilar muy fino ante la avalancha que se avecina.