Mora luchó y luchó, hasta que tuvo su recompensa.
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SANTIAGO.- Faltaban 15 minutos para que se iniciara el partido entre la Universidad de Chile y Corinthians en el Estadio Nacional, por la vuelta de la primera fase de la Copa Sudamericana. Por los altoparlantes se anunciaban las alineaciones de los equipos y los más de 30 mil hinchas que llegaron a Ñuñoa le brindaron una fuerte ovación a dos jugadores: Johnny Herrera y Felipe Mora.
No hay duda, que con sus 11 goles y el buen fútbol que ha mostrado en el Torneo de Clausura el delantero ya se ganó el cariño de los seguidores del conjunto laico.
Y frente al equipo brasileño existía una gran ilusión en esos seguidores azules que el formado en Audax Italiano realizaría un partido redondo, para que así la U lograra dar vuelta la llave tras el 0-2 en la ida.
Pero no alcanzó. Sin embargo, Mora no decepcionó a los forofos universitarios, pues logró marcar un tanto y fue uno de los mejores jugadores del equipo del técnico Ángel Guillermo Hoyos Hoyos contra los paulistas.
Desde el primer minuto de la brega "Pipe" fue protagonista y permanentemente puso en peligro el arco defendido por el sólido meta Cassio.
A los 14' sacó un fulminante cabezazo que obligó a la gran estirada del golero brasileño, quien evitó el grito de gol de los miles que llegaron al coliseo ñuñoíno. Luego, a los 41’, nuevamente el golero estuvo notable para controlar el testazo de Mora.
En la segunda etapa Mora no bajó la intensidad y así lo demostró tempranamente, a los 47’, cuando su derecha se fue por nada sobre el palo del portero. Pero cuando la U ya caía 2-0 el joven delantero encendió la ilusión.
A los 64 minutos Jean Beausejour metió un desborde magnífico con una gran jugada y se la centró al delantero, quien no falló con un certero cabezazo y que Cassio alcanzó a manotear, pero no pudo impedir que ingresara la bola.
Y tuvo el segundo el delantero azul. A los 77´ del lance otra vez "Pipe"se juntó con Beausejour, quien lo dejó solo en el área, pero el goleador azul remató y mandó la pelota muy por sobre el travesaño.
Termina el encuentro y Mora mira hacia el cielo buscando alguna explicación a la derrota y pronta eliminación de la Copa Sudamericana. Cabizbajo y con rostro muy triste dejó el campo de juego.
Después, pasada las 00:00 horas, abandonó el sector de camarines de la mano con su hijo sin dar declaraciones, su ánimo no era el mejor. La razón: Había vivido la noche más triste desde que llegó a la U.