SANTIAGO.- Generalmente, los autogoles en el fútbol siempre son desafortunados y carecen de bella factura en cuanto a la definición desintencionado de quienes los cometen.
Sin embargo, en Suiza se produjo uno que muchos ya postulan como el autogol más lindo de la historia del fútbol, en una jugada sencillamente insólita y fuera de lo normal.
Se jugaban las semifinales de la Copa Vaudoise en Suiza, en la que se enfrentaron FC Renens y Pully Football, cuando Adrien Gulfo , zaguero del Pully, protagonizó la impensada acción.
Con la intención de despejar un balón en su área, se despachó una espectacular chilena, pero de manera increíble, terminó incrustándola en su propio arco ante la reacción de incredulidad de su portero.
De todas formas, el Pully Football logró salir adelante pese al percance e instalarse en la final del certamen helvético.