El seleccionado chileno de balonmano José Luis López en plena acción.
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CONCEPCIÓN.- A los 15 años José Luis López ya era un "gigante". En Chimbarongo, donde nació, sin darse cuenta superaba el metro ochenta y cinco; sus compañeros tenían que levantar la mirada para conversar con él.
Por eso, en el colegio pensaron que era ideal para el básquetbol. "Hasta que me dijeron que había un torneo de balonmano y me invitaron a jugar, y desde ahí no lo dejé más", cuenta a Emol el jugador.
Desde ese momento, comenzó un importante ascenso en el deporte. Ahora, con 18 años y 1,92 de altura, es un pivote con potencial de estrella.
López viene de participar en los Juegos Deportivos Nacionales, que se disputaron en la región del Biobío. Fue líder natural y una de las figuras de la región que representó a O'Higgins.
Historial tiene de sobra para guiar a sus compañeros: López es el capitán de la selección nacional juvenil de balonmano, la que en abril pasado ganó bronce en el Panamericano en Paraguay, sacando pasajes al Mundial de Argelia, que se realizará en julio.
Pero fue a principio de este año que el "Tanque", su apodo en la región, marcó un hito en su carrera. Estaba esperando su chance de poder jugar en la Adulta que comanda el destacado ex jugador español Mateo Garralda. En algún momento se tenía que dar. Y llegó: justo antes del logro más importante del balonmano nacional.
Como un cambio generacional anticipado, López fue nominado al Mundial de Francia, reemplazando a Marco Oneto, uno de los más experimentados del plantel, quien sufrió una lesión.
"En un comienzo estaba como jugador de reserva, pero luego de lo que le pasó a Oneto, el entrenador me llamó para integrar el plantel que jugaría el mundial, fue uno de los mejores momentos deportivos de mi vida", cuenta el deportista, quien era el más joven del equipo y jugó dos partidos de ese certamen.
La "Roja" de Garralda logró en el certamen planetario la hazaña de terminar en la 21° posición, su mejor lugar histórico.
Los consejos de Garralda
La llegada del técnico europeo, campeón mundial como jugador, dos veces medallista olímpico y elegido el mejor lateral del mundo, revolucionó al equipo.
López ha sentido la motivación de su DT: "Entrenar con él es un gran honor, me ayudó mucho a crecer como jugador. Siempre me da consejos, dice que en la cancha nunca me confíe".
El elenco chileno quería buscar algo más en la cita planetaria. Pero no se pudo. Jose Luis relata cómo la tristeza generalizada se apoderó del camarín tras perder ante Arabia Saudita, partido que los dejó sin opción de clasificar a octavos de final.
"Ese encuentro fue muy duro y nos dejó con una sensación muy amarga, una mezcla entre frustración y pena, pero también quedamos con muchas ganas de seguir luchando y dejar a la selección lo más alto posible", dice.
El propio Garralda piensa que por su edad, López sigue en un proceso de formación. Pero, con la experiencia que posee el nacido en Navarra, destaca que el chimbaronguino tiene una virtud muy importante.
"Es un chico que sabe muy bien lo que quiere y está dispuesto a pelearlo con todas las consecuencias, eso lo veo porque tiene una buena capacidad de trabajo y ve en el balonmano como una forma de vida; entonces es un ambicioso", asegura.
Y añade: "puede ser a corto plazo el pivote del equipo nacional, y con garantías".
