Takuma Sato, el campeón japonés.
AFP
SANTIAGO.- Es 1987. Se corre el GP de Japón de la Fórmula Uno. Pese a que la carrera la gana el austríaco Gerhard Berger, los flashes y los aplausos se los lleva el brasileño Ayrton Senna.
A lo lejos, un niño de 10 años observa atónito cómo el piloto sudamericano a pesar de no quedarse con lo más alto del podio fue el que más brilló en la pista.
Es 2017. Ese mismo niño ya es un adulto y es él ahora quien se lleva los abrazos. Acaba de ganar las 500 Millas de Indianápolis, es el primer japonés en conseguirlo y su nombre da vuelta al planeta motor. Su nombre: Takuma Sato, un hombre que se convirtió en piloto inspirado en aquel día en que vio a Senna de cerca.
Pero este resultado a Sato no le fue fácil de conseguir, primero porque sus padres no eran aficionados a este deporte. Incluso, eran más bien lejanos de esta disciplina debido a sus profesiones, abogado, él y actriz, ella. Pero nada impidió que Sato siguiera sus convicciones.
Hoy, a sus 40 años, podría decirse que Sato hizo el recorrido como lo dicta el ciclo de la vida: gateó, caminó y ahora está corriendo. Sus inicios fueron en bicicleta, para luego explorar en las motocicletas. Sin embargo, en este recorrido se percató de que las dos ruedas no iban con él y pasó al karting, Fórmula 3, para finalmente quedarse con la Fórmula Uno.
Haciendo camino al andar
Takuma Sato corrió durante siete años en la Fórmula Uno en la escudería Jordan gracias a Honda. Su debut fue en 2002 en el Gran Premio de Australia, donde demostró que podía ser un piloto ágil, pero al que aún le faltaba mucho por aprender. En 2004 fue donde tuvo el primer logro de su carrera: ser el primer japonés en conseguir podio: 3.er lugar en la máxima categoría de automovilismo.
En la F-1 estuvo hasta 2008, para el 2010 recalar en la Indy Car y conseguir el domingo el logro más importante de su carrera, aunque el camino para conseguirlo no fue fácil. Al comienzo de la carrera Fernando Alonso no dio tregua con su velocidad. Sin embargo luego quienes lideraban la competencia se vieron obligados a abandonar tras sufrir accidentes. De esta manera, Sato se quedó con la oportunidad de hacer historia. Y lo hizo.
Además, este logro le permite reafirmar otros puntos fuertes de su historia, ya que el piloto de KV Racing Technology también cuenta con el récord de la vuelta más veloz en la pista alemana de Nürburgring en 2004.
Fuera de las pistas
Takuma Sato no sólo será recordado por ser el único piloto japonés en ganar las 500 Millas de Indianápolis. También se ha destacado por labores sociales, como el programa solidario que fundó para las victimas del terremoto y tsunami que ocurrió en Japón en 2011. Además, fue escogido como embajador de buena voluntad entre Reino Unido y la nación nipona.