El tenista austriaco Dominic Thiem sacó a relucir su mejor tenis para barrer con el serbio Novak Djokovic.
AFP
SANTIAGO.- No hay duda. Este miércoles se dio la gran sorpresa de Roland Garros 2017. El tenista serbio Novak Djokovic (2° de la ATP) fue apabullado por el austríaco Dominic Thiem (7°) en cuartos de final por 7-6 (5), 6-3 y un inapelable 6-0, tras dos horas y 17 minutos de match.
Para peor, con esta dura caída "Nole" no podrá defender el título que logró el año pasado en el Abierto de Francia, donde venció en la final al escocés Andy Murray.
Djokovic, quien para este segundo Grand Slam de la temporada había contado con el asesoramiento de Andre Agassi en busca de un nuevo aire para su tenis, no pudo ante el notable juego que mostró Thiem que ahora enfrentará en semifinal al español Rafael Nadal.
Ese mismo notable juego que le ha permitido ganar ocho títulos durante su carrera profesional y que este año obtuvo el ATP 500 de Río de Janeiro y llegó a la final de Barcelona y el Masters 1000 de Madrid, donde en ambas cayó frente a Nadal.
A sus 23 años, Thiem, quien este miércoles dejó en cero en la última manga a Djokovic algo que el serbio sólo había sufrido una sola vez en 984 juegos, comenzó a destacar en el 2011.
En el ranking mundial del ITF Junior llegó a ser el número dos. Su mayor logro fue llegar a la final de Roland Garros, donde perdió contra el estadounidense Bjorn Fratangelo.
Ese mismo año debutó en la ATP y venció al veterano austríaco Thomas Muster en el torneo de Viena. Su desarrollo fue bueno y lo invitaron a más y más torneos. Eso sí, rápidamente lo suyo fue la tierra batida, donde hoy ya está dando sus frutos.
Entrenamiento bajo excéntricos métodos....
El 2016 el sitio web Tennis Frontier reveló que Thiem durante un par de años fue entrenado por Sepp Resnik, un ex deportista austríaco que corrió ironmans, ultra-triatlons, dio la vuelta al mundo en bicicleta y cruzó a nado el estrecho de Gibraltar.
El medio recordó que antes de trabajar con Dominic, Resnik puso una sola condición: el entrenamiento iba a ser bajo sus excéntricos métodos.
En la primera práctica Sepp llevó a Thiem a correr por en medio del bosque a medianoche 15 kilómetros. "Lo llevé a correr de noche para que no nos distrajeran. La primera vez, Thiem me preguntó dónde estaba el vestuario, le dije que el vestuario era el bosque. Me dijo que estaba muy oscuro y le respondí que esperaba si era de madrugada. Le comenté que había corrido 60.000 kilómetros en este parque y que lo conocía de memoria", explicó en ese momento Resnik.
Thiem aceptaba a regañadientes las tareas que le encomendaba su entrenador pero nunca desistió. Resnik nunca lo llevó a un gimnasio y a cambio le hizo levantar troncos de 25 kilos, cruzar ríos a pie por el agua casi congelada y luego entrenar con la ropa mojada.
"Cuando me gritaba que no podía más, que le dolía, me miraba haciendo lo mismo que él y yo le decía que no quería volver a escucharle decir eso otra vez, ya que si yo podía hacerlo con 60 años, él con 20 podía hacer lo mismo tres veces", manifestó Resnik.
Claramente, ese duro entrenamiento en el bosque hoy tienen a Thiem haciendo historia en el Abierto de Francia.