Díaz lamentó profundamente su equivocación.
Agencia Uno
SAN PETERSBURGO.- Marcelo Díaz dio la cara. Concluida la final, el volante no se escondió, pese a que su grueso error fue clave para que Chile perdiera el título de la Copa Confederaciones.
Primero, quien es uno de los emblemas de la selección chilena, se detuvo pa hablar con las radios, la prensa escrita y los medios online. Allí asumió la responsabilidad y entre lágrimas se culpó de la derrota.
Luego de más cinco minutos de conversación, el mediocampista siguió muy emocionado su rumbo por zona mixta hasta llegar a enfrentar a las cámaras de televisión.
Visiblemente afectado, Díaz nuevamente se hizo fuerte y sacó la voz para enfrentar a la otra parte de la prensa. Y aquí se quebró nuevamente, a tal punto que luego de estallar en llanto debió ser sacado de la zona mixta por los encargados de prensa de la selección.
Visiblemente afectado, los profesionales que trabajan en la "Roja" se lo llevaron rápidamente tratando de consolarlo, algo que a esa altura parecía imposible.
El quiebre del volante se produjo cuando daba nuevamente explicaciones y confesaba el gran dolor que sentía por su garrafal error comparándolo con uno de los momentos más duros de su vida.
"Lamentablemente no pudimos sacarnos ese error que nos costó un título. Me tocó cometer un error. Esta a la vista el reproche. No soy un jugador que acostumbra a fallar y esta no era la mejor ocasión para hacerlo", dijo a la señal de DirecTV.
Muy afectado, Díaz siguió con sus palabras hasta llegar a comparar la pena de este domingo con el momento más duro que ha pasado en su vida.
"Los que conocen mi historia saben que hace 14 años me tocó sufrir en lo personal y ahora sufro por el fútbol. No me queda más que levantarme", señaló recordando la trágica muerte de su hermano en 2013.
Díaz terminó la noche más triste de su carrera profesional subiendo al bus de la "Roja" y siendo consolado por algunos compañeros.