Lamentos y caras largas marcaron la trastienda laica.
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SANTIAGO.- Minuto 93 del Superclásico del fútbol chileno y Colo Colo goleaba de forma humillante a la Universidad de Chile por 4-1 en el estadio Monumental. Tras el pizato final del árbitro Roberto Tobar los jugadores del elenco laico no ocultaban su amargura. Muchos no querían hablar con nadie, ni despedirse de los más de dos mil seguidores universitarios que llegaron a Macul.
Pero luego de unos minutos en la cancha, y después que el técnico Ángel Guillermo Hoyos abrazara uno por uno a sus dirigidos, el plantel fue a despedir a la fiel hinchada, la que le retribuyó con una cerrada ovación y fuertes cánticos.
Tras esto, el camino al sector de vestuario fue más largo que nunca. Y existía razón para abandonar cabizbajo. Se había caído categóricamente ante el archirrival y de paso aumentaba a 17 años la "maldición" de no poder ganar en el Monumental.
Una vez en el interior del camarín N°2 del recinto de Pedrero, "el ambiente era un verdadero funeral, existía una tristeza tremenda que hace muchos años no la veía", aseguró a Emol un miembro de Azul Azul.
La misma fuente agregó que "no hubo recriminaciones, ni enojo de nadie. Todos asumieron la derrota y sabían muy bien que el rival había sido superior".
Pasada las 14:40 horas comenzó el "desfile" de jugadores azules hacia el bus que los trasladó al hotel de concentración. Nadie deseaba explicar la apabullante derrota, sin embargo, Mauricio Pinilla fue el primero en dar la cara”.
"Es una caída muy dura y lamentable. La verdad que el camarín está destrozado, nadie quería hablar. Nos duele mucho lo que ocurrió, pero en los momentos difíciles hay que levantar la cabeza y enfrentar esto como hombre", recalcó el atacante, quien marcó el único descuento de la U y su primer tanto en un Superclásico.
Luego vino el turno de Jean Beausejour, quien manifestó que "ha sido un golpe muy duro. Estamos muy mal anímicamente. La verdad que ahora no tengo palabras para decir cómo nos vamos a levantar rápidamente de esto. Lo único que puedo hacer es pedir perdón y reconocer que no estuve a la altura con esta camiseta".
Mientras que el arquero y capitán del conjunto laico, Johnny Herrera, sostuvo que "no fuimos el rival que debiéramos haber sido, pero hay que dar la cara. Nos vamos muy tristes y avergonzados, pero creo que el único aliciente que nos queda es volver a salir campeones para tapar este desastre".
Fue el triste ambiente que reinó en el camarín de la U, luego de la estrepitosa derrota frente a Colo Colo en el estadio Monumental
