Bielsa vivió un calvario.
Reuters
SANTIAGO.- Marcelo Bielsa no se queda nunca tranquilo. Ayer de hecho se lo sufrió todo en la clasificación de su Olympique de Lille a los octavos de final de la Copa de la Liga de Francia.
Su equipo ganaba 2-1 hasta el minuto 90 al Valenciennes, de la segunda división. Pero justo cometieron un penal y el marcador terminó igualado en 2.
Esto forzó la definición desde los doce pasos. Pero claro, antes llegó la arenga del rosarino que les resaltó a sus dirigidos que tenían que ir "con mucha confianza".
Sin embargo, el ex DT de la selección chilena no aguantó los nervios. Se agachó, se aferró a un crucifijo y comenzó a rezar. Ni siquiera miró cómo se dio el triunfo 5-4 de sus pupilos.
Un respiro para el "Loco" que lo pasa mal en la Ligue 1, donde marchan penúltimos y hoy estarían descendiendo.