SANTIAGO.- Claudio Bravo versus Carlos Caszely. Esto no es ficción y el desafío tampoco fue en un show a beneficio ni parte de alguna edición de la Teletón.
Ocurrió en las canchas del Estadio Monumental y con los dos íconos del fútbol chileno vestidos de corto. Sucedió en los pastos de Pedrero donde unos tiros al arco, otros tantos "mano a mano" y un penal terminaron con una apuesta aún no saldada.
Era 1998 y Claudio Bravo, con 15 años, atajaba en las series juveniles de Colo-Colo. Lo entrenaba Julio Rodríguez y una tarde cualquiera apareció Carlos Humberto Caszely para ayudar a adiestrar al joven golero, como una suerte de brujo que olfateó el nacimiento de un crack.
"¿Qué tal anda este arquerito?", lanzó de entrada Caszely. "Tiene condiciones –le respondió Rodríguez- pero estamos trabajando su posición en los duelos cuando le pegan de cerca. Claudio se tira hacia atrás". "Debe tener miedo de perder los frenillos de un pelotazo", zanjó el "Rey del metro cuadrado" entre risas.
Rodríguez y Caszely comenzaron a lanzarle balones al actual golero del Manchester City. Le pegaba Caszely y volaba Bravo, en un diálogo futbolero que trascendía a la historia.
Duelo mano a mano
Luego de un buen rato de sesión, Rodríguez preguntó: "Claudio, ¿Te atreves a desafiar a Carlos en unos 'mano a mano'?". El futuro 1 de Chile aceptó, por cierto. Y Caszely –siempre confiado- se la jugó: "Apostemos una bebida para cada uno por cada duelo".
Caszely comenzó a encarar y Bravo esperaba custodiando su arco. Primer duelo: 1-0 Caszely. Segundo duelo: 2-0 Caszely… "Lo que pasa es que Claudio se la juega hacia un lado y eso me facilita eludirlo. Tienes que esperar que yo defina y no tú ¡Aguanta la posición!", enseñó Carlos Humberto quien siguió firme y quedó rápidamente 3-0.
En el cuarto duelo el púber Bravo esperó a su fogueado delantero. La vista fija en el balón, situación más o menos dominada, Caszely acorralado, hasta que el goleador sacó su as bajo la manga: La velocidad. Picó, Bravo que se estiró y falta. Penal clarísimo.
"Lo que pasa es que Claudio se la juega hacia un lado y eso me facilita eludirlo"
Carlos Caszely
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Contaron los pasos ya bajo la noche. Hicieron el ritual previo al lanzamiento y Caszely propuso: "Claudio: Me debes nueve bebidas. En el penal, doble o nada". Bravo aprobó con un grito de motivación que ya lo tenía como costumbre: "¡Vamos carajo!".
Caszely pateó fuerte, abajo y cruzado. Sí, como en España 82 pero esta vez la pelota entró. Bravo –que había adivinado el lado- sacó su furia: "¡Así lo tendría que haber pateado usted en el Mundial!".
Fin de la historia. 18 bebidas quedaron como una deuda aún impaga a favor de Carlos Caszely. "¡Cómo se te ocurre decirle lo del penal de España a Carlos!", comentó Julio Rodríguez. Es que algo de orgullo había. Será entrenamiento, será el chico de 15 versus el crack, será una sesión más, pero los ganadores nunca quieren perder.
Hubo fotos y risas finales. Palmoteos y frases de aliento de Caszely para con el lozano Bravo, según relata el libro
"Atajando sueños (Historia de Claudio Bravo)" de Julio Rodríguez donde se puede leer esta anécdota y muchas más (como la de Bravo –apodado "Monín"- manejando camiones con 9 años). Son, definitivamente, relatos que ayudan a entender cómo se construyó el mejor arquero de la historia de Chile.