SANTIAGO.- Santi Cazorla no guarda muy buenos recuerdos del amistoso que jugó España contra Chile el 10 de septiembre del 2013 en Ginebra.
En ese empate 2-2 el volante hispano sufrió su primera gran lesión. Recibió un golpe en el tobillo, lo que le provocó la fisura en un hueso. Desde ahí que vive con dolor en el pie. Y fue ahí cuando arrancó su calvario.
En total ha sido operado ocho veces. Ha tenido que soportar infecciones por distintas complicaciones y la última vez que pudo jugar fue el 19 de octubre del 2016. En el Arsenal, club donde comparte camarín con Alexis Sánchez.
Con todos sus problemas, el mismo Cazorla relata lo que le dijeron los médicos. "Si consigues volver a caminar con tu hijo por el jardín, date por satisfecho", reconoce en Marca.
Pero no rindió. Siguió con sus tratamientos. "Por entonces seguía jugando, me decían que estaba bien. El problema es que no cicatrizaba y las heridas volvían a abrirse, se infectaban... Mira, en esta foto se me ve hasta el tendón".
Sin embargo, hace poco recibió una dura noticia. Uno de los médicos que lo trata "vio que tenía una infección tremenda, que me había dañado parte del hueso calcáneo y comido el tendón de Aquiles, ¡me faltaban 8 centimetros!".
Pese a esto, en el Arsenal le han dado todo el apoyo. De hecho, le renovaron contrato hasta junio del 2018. "No tengo ficha hasta enero, pero voy a volver para entonces", se juramenta.
