SANTIAGO.- No lo pasó nada de bien. Gianluigi Donnarumma, el joven portero del Milan, sufrió el buylling de parte de los hinchas que no le perdonan que quiere irse.
El golero fue víctima de los ataques con insultos, cantos y carteles en su contra que la barra de los "rossoneros" le dedicó en el triunfo sobre el Hellas Verona.
El jugador pidió rescindir su contrato alegando "violencia moral y presiones psicológicas". Y los hinchas le respondieron duro.
"¿Violencia psicológica es cobrar seis millones al año y pagar el sueldo a un hermano parásito? Vete ya, la paciencia se acabó", decía en un cartel en las gradas.
Además, el cantaron "pedazo de mierda" y una serie de insultos. Tras esto, Donnarumma no aguantó y terminó llorando, teniendo que ser consolado por sus compañeros.