El cuadro verde enfrentará a Melgar de Perú por la segunda ronda de la fase previa del torneo internacional.
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SANTIAGO.- Le costará sacarse la resaca de la tristeza tras perder la categoría, pero tiene que dar vuelta rápidamente la página, ya que se viene un año con un escenario insólito y durísimo.
Santiago Wanderers descendió a la Primera B tras caer ante La Calera y ahora deberá enfocarse en lo que será un 2018 completamente fuera de lo común.
¿Por qué? Porque el elenco de Nicolás Córdova disputará también la Copa Libertadores, con lo que vivirá un extraño caso que anteriormente ya vivieron otros clubes de Sudamérica.
Criciuma (1992), Santo André (2005), Paulista (2006), los tres de Brasil, también disputaron el máximo torneo de clubes a nivel continental militando en la Segunda División de su país.
A este grupo también se suman los más recientes casos que dieron Jorge Wilstermann de Bolivia (2011) y Palmeiras (2013). Un situación que puedo provocar problemas a la hora de la planificación para el cuadro de Valparaíso.
La dirigencia verde deberá ver cuál será el presupuesto para los refuerzos si quieren hacer un buen papel en el concierto internacional, pero a la vez también estará el desafío de retornar a Primera División, en un certamen de la B que otorgará apenas un boleto directo a la máxima categoría.
Además, el tema se le pone más cuesta arriba si se considera que sólo tiene asegurados dos encuentros en la Libertadores: Frente a Melgar de Perú en choques de ida y vuelta por la segunda ronda de la fase previa.
De sortear con éxito esa llave, tiene que esperar por otro rival, al que debe medirse en el mismo formato, para recién meterse en la fase de grupos.
Y la situación en el teórico cuadro principal para los caturros no es nada alentadora: Entrarían en el Grupo 4 junto a Flamengo, River Plate y Emelec. Una zona durísima.
De esta manera, Wanderers deberá pensar con la cabeza fría y definir las líneas de un año 2018 que escapa completamente a lo común en un equipo de fútbol...
