La imagen de Semedo antes de su declaración.
EFE
SANTIAGO.- Secuestro, una feroz golpiza y amenazas hasta con una pistola en la cabeza. No se trata de una película de acción, sino que del caso que sacude al fútbol español.
El involucrado es Ruben Semedo, defensa de 23 años que pertenece al Villarreal y a quien se le acaba de dictaminar prisión preventiva y sin fianza luego de las graves acusaciones en su contra.
El juez consideró que existe riesgo de fuga o reincidencia y por tanto hasta que se celebre el juicio, o hasta que se revise la situación, el zaguero estará en prisión en el centro penitenciario de Picasent.
La historia dice que el joven jugador fue arrestado el pasado martes en la madrugada por presuntamente agredir, robar y detener ilegalmente a un hombre en Valencia.
El hecho, según las versiones policiales, ocurrió en el hogar del futbolista, donde él y otros dos hombres golpearon a un sujeto para secuestrarlo y robarle las llaves de su casa.
Semedo y sus acompañantes, uno de ellos su primo, fueron hasta la casa del individuo aparentemente para "apropiarse de algo que podría implicarles en un delito", de acuerdo a la investigación.
Todo el lío provocó que el defensa fuera detenido y que incluso en esta jornada llegara a declarar con esposas en sus manos debido a la gravedad del caso y más tarde se declara prisión preventiva. ¿Por qué?
El juez imputa delitos de homicidio en grado de tentativa, lesiones, amenazas, detención ilegal, tenencia ilícita de armas y robo con violencia.
¿Quién dice la verdad?
Pasan las horas y mientras se van conociendo más antecedentes de esta historia, las versiones son opuestas y muy contradictorias.
Mientras el representante del zaguero portugués asegura que "el arma que la policía encontró en casa no es de él, Rubén estuvo envuelto en una burla. La víctima fue él".
Pero uno de los protagonistas principales del caso entrega detalles muy distintos. El individuo que fue secuestrado y amenazado también dio su versión de los hechos. Muchos más graves.
Según relató, lo golpearon hasta dejarlo inconsciente y lo ataron de pies y manos. Al despertar, Semedo le apoyó una pistola cargada en la cabeza y amenazó con asesinarlo sino revelaba el paradero del hombre que le debía dinero.
Pero no paró allí. Al no tener éxito, el futbolista portugués le colocó su dedo meñique sobre un plástico, tomó un cuchillo y aseguró que se lo cortaría si no le daba la información que pretendía.
La supuesta víctima escapó horas más tarde y, según contó, se libró de un tiro que aparentemente ejecutó el propio futbolista.
Mientras todo esto transcurre, la Guardia Civil realizó un allanamiento al hogar del jugador donde se encontraron dos bates de béisbol, el palo de golf, cuerdas y una la pistola calibre 9 milímetros corto, coincidiendo con el relato del afectado.
Habrá qué ver lo que dice la justicia para ver cómo continúa esta historia...
