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El recuerdo de Héctor Hoffens a 30 años del descenso de la U: Un camarín incrédulo, el viaje de Pellegrini y sospechas de "arreglo"

El ex delantero vivió en carne propia el momento más oscuro del club azul, cuando en 1989 perdió la categoría con Manuel Pellegrini dando sus primeros pasos como entrenador.

15 de Enero de 2019 | 17:00 | Redactado por Ignacio Guerra, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- Pitazo final del duelo entre Universidad de Chile y Cobresal y las 15 mil personas que observan en el estadio Nacional quedan paralizadas, inmóviles. El cuadro azul acaba de rescatar un empate 2-2, lo que lo sentencia al descenso por primera vez en su historia. En el reducto ñuñoíno nadie lo puede creer. Hay lágrimas, frustración, rabia. Es un 15 de enero de 1989, hace exactamente 30 años.

Héctor Hoffens (62) fue uno de los que vivió en carne propia ese sufrimiento. Aquel día, el histórico delantero de los laicos -que estuvo en tres periodos distintos en el equipo y en total jugó 11 años como profesional en la U- fue reemplazado en el entretiempo por un inexperto Manuel Pellegrini, quien se encontraba dando sus primeros pasos como entrenador.


En un principio, Hoffens no asimiló la magnitud de la catástrofe. Mientras se duchaba en el vestuario, nunca imaginó que su escuadra perdería la categoría. O, al menos, no quería pensar en eso.

"No creía que habíamos descendido, porque habíamos logrado el empate en el último minuto. Además nunca comentamos esa posibilidad en la semana. Nunca hubo nerviosismo ni nada, al contrario. Así que yo me enteré después, cuando llegaron todos destrozados al camarín. Fue una pena", recuerda el "Chico" Hoffens, como lo apodaban, en conversación con Emol.

Claro que había confianza en los estudiantiles. Venían de golear 3-0 a Colo Colo en el Nacional la semana anterior. Además, eran el equipo que menos chances tenía de descender en la última fecha, ya que O'Higgins y Unión Española estaban más complicados. Sin embargo, en esa jornada nefasta se dio todo para que los azules cayeran a los potreros: los celestes vencieron a Huachipato y los hispanos hicieron lo propio frente a Católica en San Carlos. Ambos elencos ganaron 3-1 y la U, que terminó con los mismos puntos, bajó por diferencia de goles.

"Lo que pasa es que se dieron resultados inesperados. Claramente algo pasó ahí. Muchas cosas raras pasaron", asegura Hoffens.


Tal como señala el ex atacante, aquellos triunfos propiciaron el surgimiento de una serie de teorías conspirativas. Teorías que son apoyadas por gran parte del plantel azul que en ese entonces tocó fondo.

"Hasta el día de hoy uno se entera de lo que pasó esa vez. Nosotros pensamos que algo raro hubo. Pero no tengo el conocimiento porque se supo después que los resultados, al parecer, se habían arreglado. Y fue lamentable porque perjudicaron a la U", puntualiza el otrora artillero.

Campaña paupérrima y el "abandono" de Pellegrini

Pese a los reclamos de Hoffens, lo cierto es que la U ya llevaba varias temporadas pasándolo mal. Arrastraba una crisis institucional, económica y futbolística desde hace años, lo que gatilló que el cuadro azul realizara en ese entonces una de las campañas más pobres de su historia. El descenso fue sólo el punto cúlmine de una mala administración.

De hecho, ese año varios jugadores estelares partieron del club en busca de mejores oportunidades. Los sueldos estaban lejos de lo que podían ofrecer otras escuadras. Esto se sumó a la constante rotación de técnicos, que terminó con Pellegrini haciéndose cargo del equipo, poco después de haberse retirado. En otras palabras, estaba "haciendo la práctica".

Era tanta la falta de roce del DT que incluso, a mitad de torneo, prefirió partir a Inglaterra a realizar un curso de perfeccionamiento y dejar "abandonados" a sus dirigidos por cerca de un mes. En los cuatro partidos que estuvo fuera, la U salvó sólo un punto. Hecho que terminaría siendo decisivo.


"Ese año hubo un gran problema: Manuel fue a hacer un curso y se ausentó cerca de un mes por viajar a Europa. Eso nos pasó la cuenta porque perdimos casi todos los partidos sin el jefe", rememora Hoffens.

Aquella "fuga" del Ingeniero resultó ser clave. La U terminó descendiendo sólo por diferencia de goles. De seguro que hasta hoy Pellegrini se cuestiona esa determinación.

"El golpe nos fortaleció"

Inmediatamente después del descenso, los jugadores laicos realizaron un juramento: regresar lo antes posible al fútbol de honor. Incluso algunos se ofrecieron para jugar por el mínimo, entre ellos Héctor Hoffens.

"Lo hice de corazón, porque en el fondo no me quería ir de la U. Yo lo único que quería era permanecer en el club y volver a subir. Yo jugué casi gratis el año del ascenso porque los sueldos eran miserables", rememora el "Tito".

La caída a Segunda también significó un renacer para el elenco azul. Sus hinchas se unieron más, los jugadores se identificaron con la camiseta y paulatinamente fue naciendo ese "amor irracional" que muchos seguidores mantienen con el club.

"Creo que la U salió fortalecida tras el golpe de bajar a Segunda. Creo que la U volvió a renacer, volvió su hinchada maravillosa. La U venía mal, sin nada, no tenía nada, no tenía dirigentes, no tenía plata, no teníamos agua caliente, no nos concentrábamos, los sueldos eran miserables, por lo que creo que en ese sentido la U salió fortalecida. Aprendió la lección", afirma el ex delantero, que participó de la campaña que en 1990 regresó a los universitarios a Primera.

No obstante, Hoffens asegura que, ahora, ese vínculo entre jugador y club se rompió. Es el dinero el que manda hoy en día. "Ya no existe la mística, el corazón, jugar por el club. La plata domina por todos lados y eso va a ser siempre y va a ser cada vez peor. Los clubes ahora son empresas, no equipos deportivos", concluye el histórico atacante laico.
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