Gustavo Alarcón dio el campanazo en estos Juegos Panamericanos.
El esgrimista chileno de solo 20 años consiguió una medalla de plata que nadie esperaba plantándosele a algunos de los mejores del mundo en el florete masculino.
Partió muy mal el nacional. Perdió sus primeros tres combates ante el estadounidense Race Imboden (3-5), el argentino Augusto Servello (3-5) y el puertorriqueño Carlos Padua (3-5). Sin embargo, se recuperó a tiempo. Le ganó al peruano Federico Canchez (5-2) y el cubano Luis Humberto Aguilera (5-3) para meterse en los octavos de final.
En la instancia de los dieciséis mejores sacó del camino al brasileño Guilherma Amaral (15-12) y en cuartos al colombiano Daniel Sconzo (15-14).
La semifinal parecía una quimera. Enfrente estaba Race Imboben, que lo había derrotado en el arranque de la jornada. El estadounidense intimidaba con su trayectoria. Fue medallista de bronce en los Olímpicos de Río de Janeiro y es el actual dos del mundo.
Pero Alarcón no se achicó. Mostrando mucha decisión, se metió en la final. Allí lo esperaba otro estadounidense: Gerek Meinhardt. Luchó, pero pagó caro su mal inicio y perdió 15-11. Así, sumó una impensada plata para el Team Chile.
Un gran sprint final
Carlos Díaz también se llevó las palmas en los 5.000 metros. Se mantuvo en el grupo de avanzada durante toda la carrera y apretó con un gran sprint final.
El fondista sumó una medalla de bronce con un tiempo de 13:54.42, a solo una centésima del brasileño Altobeli Santos. El oro quedó en manos del mexicano Fernando Martínez.
