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¿Por qué era tan querido Paulo Goncalves, el piloto que falleció en el Dakar?

Las personas que conocieron al portugués destacaron su humildad y la voluntad de ayudar a cualquiera que estuviese en apuros.

14 de Enero de 2020 | 20:00 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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Goncalves será homenajeado en su pueblo.

AFP
Paulo Goncalves, de 40 años, yace sobre la arena. Su moto está a unos metros y un par de personas lo mira con tristeza. Poco después, en el hospital de LYLA, se confirmaría la muerte del portugués, otra más en el Rally Dakar.


Goncalves compitió trece veces en esta dura competencia y llegó segundo en 2015, un logro que parecía una quimera cuando hizo su debut once años atrás. Ni mecánico tenía.

"He podido vivir el Dakar que tiene el espíritu 100% de aventura, en el que vas solo, llegas y comes dentro de una tienda en el suelo. Si vas para ganarlo, no puedes ir cómo iba yo esos primeros años y es importante que utilices el confort que nuestro equipo nos proporciona. Las dos son formas muy interesantes de vivir un Dakar", le dijo en una entrevista a Mundo Deportivo en 2016.

Pese a la retahíla de problemas, el nacido en Portuguesa seguía asistiendo año tras año. Como sus compañeros lo recuerdan, era terco.

"En el primer Dakar que hice en mi vida, en la segunda etapa en Marruecos me caí, se destrozó la moto, y con el manillar caído en el suelo, con el tanque de gasolina roto, tenía que llegar. Si me retiraba en mi primer Dakar tras conseguir el apoyo económico, sabía que no volvería. Entonces, con alambres aseguré el manillar a la moto y seguí. A las tres de la mañana ya nadie creía que fuera a llegar", comentó.

Más allá de sus posiciones en la clasificación, Goncalves era uno de los tipos más queridos del Dakar. Tenía sonrisa fácil, mucha honradez y siempre estaba dispuesto a echar una mano. En 2016, siendo líder de la competencia, se bajó a auxiliar al austriaco Matthias Walkner. Con sus propios medios, le estabilizó el hombro hasta que llegó la atención médica.

"Es una pena el precio altísimo que hay que pagar por esta pasión y por esta carrera. Competí con Paulo muy de tú a tú. Siempre hubo una rivalidad muy deportiva, si tenías algún problema siempre paraba, preguntaba", dijo Marc Coma, el único que lo pudo superar en 2015.

Goncalves era fanático del Benfica y en más de una ocasión llevó el escudo del club en su motocicleta. Deja esposa, dos hijos y una pena honda en sus colegas.Su equipo, Hero, decidió dejar la competición en Arabia Saudita.

En su pueblo lo esperan para el último adiós. El alcalde de Esposelde, Benjamin Pereira, le quiere rendir homenaje.

"Era un ídolo, sobre todo por su humildad. Se prestaba para todo tipo de causas sociales y eventos públicos", expresó el hombre.

Seguramente, algún edificio de la comunidad pasará a llevar su nombre, para que nunca se olvide quién fue Paulo Goncalves.
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