Nurmagomedov es una máquina de lucha.
AP
Conor McGregor es el emblema de la UFC. Por sus triunfos y también por su extraordinario sentido del espectáculo. Como todo ídolo, tiene su antítesis. Se trata de un tipo misterioso e impiadoso: Khabib Nurmagomedov.
En octubre del 2018, Khabib le dio una paliza al irlandés y lo venció por sumisión en el octágono. Pese al tiempo que ha transcurrido desde el combate, los dardos entre ambos continúan.
"Tuviste seis meses de campamento de entrenamiento, hiciste todo lo que pudiste, viniste a la jaula, dijiste muchas cosas malas antes de la pelea y tras esos seis meses en los que trabajaste muy duro entraste en la jaula y te rendiste como un gallina. No vales nada dentro de la jaula", afirmó Khabib recientemente.
El peleador tiene 31 años y nació en Majachkalá, capital de la República Daguestán, al sur de la Rusia europea. La afición por el deporte viene de la familia. Su padre Abdulmanap Nurmagomedov, un ex militar de la Unión Soviética, construyó un improvisado gimnasio de lucha en el sótano de su casa.
La motivación del padre no era solo formar deportistas de alto rendimiento, si no que también alejar a los jóvenes del pueblo del terrorismo radical. Daguestán ha sido por décadas una de las zonas más conflictivas de Rusia. Les enseñaba valores, disciplinas y también a estar preparados para lo peor.
"La guerra siempre es un tema de preocupación si vives en el Cáucaso. Por eso creo que todo hombre siempre debe estar listo para la guerra, incluso en tiempos de paz", ha dicho.
En medio de ese entorno, creció Khabib. Era un niño hiperactivo que saltaba entre los árboles y el río, que se escondía detrás de su abuela para evitar que lo retaran. A los nueve años su papá le tenía un desafío "especial". Lo hizo enfrentarse a un oso cachorro y grabó la lucha.
"Un hijo siempre quiere mostrar a su padre de lo que es capaz. La pelea contra el oso era más una prueba de carácter que un ejercicio", explicó Abdulmanap Nurmagomedov.
Khabib empezó a entrenar profesionalmente desde los 12 años. Su padre poco a poco lo fue puliendo. Le enseñó judo y también sambo, una forma de combate desarrollada por el Ejército ruso en los años 20 y que consiste en una "autodefensa sin armas".
Su primera pelea en artes marciales mixtas fue en 2008 y desde entonces está invicto, pese a sufrir graves lesiones durante su carrera. Sus entrenamientos son brutales. Hasta se le ha visto nadando a contracorriente en aguas gélidas.
Recientemente, anunció que no defenderá su título mundial de peso ligero ante Tony Ferguson, ya que no puede salir de Rusia debido a las restricciones por el coronavirus. Recibió burlas del propio Ferguson y, cómo no, de McGregor. Él asegura que volverá: "Solo puede haber un rey en la jungla".
