Navia y González dando la cara, apoyados por el capitán Luis Jiménez y el resto del plantel.
Archivo Photosport
Hace exactamente catorce años, Chile derrotaba 1-0 República de Irlanda en el estadio Lansdowne Road de la ciudad de Dublín. El solitario gol de Manuel "Colocho" Iturra bastaba para el triunfo en un duelo amistoso. La alegría reinaba en el seleccionado nacional.
Precisamente esa felicidad por la victoria se alargaría más allá de la cancha y terminaría en uno de los escándalos más recordados en la historia de la "Roja".
Aquí la historia de la bullada indisciplina conocida como el "Dublinazo"...
Madrugada del 26 de mayo de 2006. Plena concentración y los jugadores descansaban en sus habitaciones. Sin embargo, risas y gritos en un horario no adecuado llamaban la atención del técnico
Nelson Acosta.
"Entré a la pieza, había tres mujeres y dos jugadores con vasos en la mano"
Nelson Acosta, DT de aquella "Roja"
Los detalles eran sabrosos... "Pregunté ¿qué pasa acá?, algo que los jugadores no me pudieron responder. Entonces bajé con las mujeres y pregunté en recepción si trabajaban ahí. Me respondieron que no, agregando que eran chicas de la noche", contaba Acosta.
"Había sólo dos jugadores en la pieza y tres mujeres. ¿Quién no dice que faltaba uno?", agregaba el estratega.
Finalmente no se determinó si hubo un tercer jugador involucrado, pero sí se conoció de inmediato el nombre de los dos "pillados":
Reinaldo Navia y Mark González.
Navia y González recorriendo Dublín antes de ser marginados.
Los jugadores se defendieron diciendo que sólo estaban "firmando autógrafos a unas admiradoras", pero Acosta fue drástico. Si bien recién se había jugado el primer partido de la gira (que contemplaba tres amistosos),
decidió enviar a ambos futbolistas de regreso a Chile por la indisciplina.La resolución no fue compartida por todo el plantel, pero el estratega no cedió, eso sí, más tarde dejó abierta la puerta para el regreso de ambos a la "Roja" y tiempo después eso se concretó.
La versión de los involucrados
Tras conocerse la indisciplina, los apuntados armaron una conferencia de prensa para contar su verdad. González y Navia tomaron el micrófono en una sala con el plantel detrás en señal de apoyo y con el capitán de aquel equipo, Luis Jiménez, sentado junto a ellos.
"Fue un mal entendido. Ellas pidieron autógrafos y luego se quedaron conversando. Y lamentablemente en ese momento fue que vinieron los profesores y tomaron el tema a mal", aseguró Mark.
"Fue un mal entendido. Ellas pidieron autógrafos y luego se quedaron conversando"
Mark González, uno de los marginados
Según el ex volante, por ese entonces en el Liverpool, "no vinimos de joda... No vamos a ser tan tontos para mandarnos cagadas aquí".
También negaron las versiones que hablan de los jugadores en estado de ebriedad.
Diez años después de la indisciplina, Navia, quien vive en México hasta el día de hoy, entregó su verdad de lo acontecido en Dublín.
"Se agrandó mucho todo. Con Mark andábamos en un mall y él conoció a una chica. Como era el único de todo el equipo que hablaba inglés (en esa época jugaba en Liverpool) la citó al hotel y llegó con una amiga. Yo compartía habitación con él, pero habían como cuatro jugadores. Como hablo nada de inglés no participé mucho, igual no es atractivo así, hay que entablar una conversación por lo menos", relató el otrora atacante a Emol.
Y siguió: "Estaban en eso cuando el 'pelao' (Acosta) entró todo encabronado porque estábamos con música, nos vio con las niñas y dejó la grande. Pero yo no estaba haciendo nada. De hecho estaba acostado con Ricardo Rojas, hablando del América, de qué iba a pasar con el equipo".
El ex atacante cerró su relato: "Nelson se equivocó porque fue algo interno y nadie se dio cuenta de qué había pasado. Se hizo todo más grande y terminaron mandándonos a Chile. Igual uno se arrepiente porque me farrié buenas oportunidades".
La historia de uno de los escándalos más bullados en la historia de la "Roja", en otra mancha negra en la selección.
