Aaron Hernández estaba viviendo el sueño americano. Tenía 23 años, un contrato de 40 millones de dólares con los New England Patriots de la NFL y hace poco había sido padre. Sin embargo, esa vida que muchos calificarían de idílica fue dinamitada por él mismo.
En junio de 2013, se encontró el cuerpo de un afroamericano en un descampado. Era Odin Lloyd, de 27 años, y tenía varios impactos de bala. Poco a poco la policía fue encadenando pistas y arrestó a Hernández. La imagen de la estrella de fútbol americano saliendo esposado de su mansión en Boston con una camiseta blanca sobrepuesta y las mangas colgando causó conmoción. Buscando darle apoyo, fanáticos de los Patriots subieron fotos a redes sociales con el mismo gesto y se agolparon a la entrada del recinto donde lo tenían detenido. Debía ser un error. Ese joven que ya tenía un Super Bowl en el cuerpo no podía ser un asesino.
Lloyd, jugador semiprofesional de fútbol americano, era pareja de la cuñada del deportista y un gran amigo de este. Hernández siempre defendió su inocencia, pero el peso de la evidencia lo condenó. Videos, mensajes de texto, el arma homicida, un auto arrendado, etc. Le dieron cadena perpetua y en 2017 se suicidó en su celda con una sábana.
El documental "La mente de un asesino: Aaron Hernández", estrenado por Netflix en 2020, intenta darle respuesta al por qué del crimen recorriendo la biografía del "patriota.
Cuando explotó el escándalo, muchos pensaron que Hernández venía de algún gueto en el que abundaban las armas, las drogas y las pandillas. Nada de eso. Creció en un barrio de clase media y fue a buenas escuelas. Sus compañeros lo recuerdan como un tipo alegre, que se reía de él mismo, pero no de los demás. El gusto por el deporte venía de familia. Dennis, su padre, era un ex jugador de fútbol americano muy respetado en la comunidad.
"Tienes que encontrar la paz interior para ser feliz. Nada de lo que hagas te hará feliz. Nada de lo que obtengas te hará feliz"
Aaron Hernández
Pero tras esa imagen de familia feliz se escondía una cotidianidad terrible. Dennis era un bebedor que maltrataba a su esposa y a sus hijos. "Tomé el teléfono una vez buscando ayuda y su respuesta fue 'llama, te voy a golpear aún más fuerte, a ti y a tu hermano, tendrán que sacarme de encima de ustedes cuando tiren la puerta'", contó Jonathan Hernández, el hermano de Aaron.
Debían ser fuertes y exitosos. La ayuda psicológica era para los débiles, un hombre de verdad no podía permitírselo, así los criaron. Dennis era profundamente homófobo y en el documental de Netflix se habla de la supuesta bisexualidad de Aaron. "Sí, tuvimos una relación en el pasado, pero por aquel entonces no lo mirábamos así. Después de hacerlo, nos preguntábamos: ¿Alguien nos ha pillado?, ¿alguien lo sabe? Si nos pillaban, nuestros padres renegarían de nosotros", dice un amigo de la infancia. El medio Newsweek, y varios más, elevaron la teoría de que Hernandez mató a Lloyd por haber descubierto su secreto.
Pese a los maltratos y al temor que le generaba, Aaron adoraba a Dennis y tenían una relación muy cercana. Cuando su padre inesperadamente murió, Aaron no lloró en el funeral. Se lo guardó todo adentro. Solo era un adolescente y al poco tiempo su madre, Terri, se emparejó con un hombre mucho menor que ella, que era además el ex de la prima de su hijo. "Me arruinaste la vida, me la arruinaste", le reclama desesperado el jugador a su mamá en una conversación telefónica.
"Los individuos con esta enfermedad tienen dificultades para controlar los impulsos y tomar decisiones, además de ataques de ira"
Doctora Ann McKee
Se terminó yendo de la casa, cambió de amistades, ocasionalmente consumía drogas y se metía en problemas que siempre le cubrían por ser un atleta destacado.
"Tienes que encontrar la paz interior para ser feliz. Nada de lo que hagas te hará feliz. Nada de lo que obtengas te hará feliz", afirmó.
Luego del suicidio, su cerebro fue enviado a la Universidad de Boston para realizarle análisis. La familia quería una respuesta para su comportamiento errático. Resultó que sufría una Encefalotopía Traumática Crónica (ETC) comparable a la de un hombre de 67 años.
"No podemos justificar su comportamiento con la patología, pero lo que sí podemos decir es que los individuos con esta enfermedad tienen dificultades para controlar los impulsos y tomar decisiones, además de ataques de ira y volatilidad emocional", explicó la doctora Ann Mckee.
La ETC está asociada con golpes repetitivos en la cabeza. En 2016 los regentes de la NFL admitieron la relación entre la patología y la violencia intrínseca de este deporte, reabriendo el debate sobre la seguridad de su práctica especialmente en niños y adolescentes. En ese momento había cinco mil ex jugadores demandando a la liga por ocultar información respecto a la ETC.
Cabe consignar que a Hernández también se le acusó por un doble homicidio a la salida de un club nocturno, aunque lo declararon inocente de esos cargos.
En 2017, los New England Patriots se coronaron campeones y, como es usual, acudieron a la Casa Blanca para reunirse con el presidente Donald Trump. Esa mañana el que había sido compañero de varios de ellos se había suicidado y nadie dijo una palabra sobre el tema.