El 2016 fue escandaloso para Maria Sharapova. Anunció que había dado positivo en un control antidopaje y estuvo quince meses alejada del tenis.
Han pasado cuatro años y, ya retirada, la rusa recordó en un documental el complejo momento que vivió. "De joven noté que mi salud se resentía. Mi padre era como el capitán de mi equipo, y aunque vivíamos en EEUU, estaba más seguro hablando con un médico ruso, pero no tenía experiencia con deportistas. Me hizo muchas pruebas e hizo una lista de medicamentos que podía tomar, y con los problemas que empecé a tener desde 2006, cayendo enferma, me dijo que podía tomar 'mildronate', que en Rusia se toma sin receta, como si fuera aspirina", expresó la ex número uno del mundo.
El problema para Sharapova fue que esa sustancia pasó a estar prohibida en enero de 2016 y tuvo que salir a dar la cara en una conferencia de prensa.
"Después de la rueda de prensa borré todas las redes sociales de mi teléfono, para protegerme, mantener la cordura y protegerme de opiniones y juicios. Creo que nunca me ha preocupado lo que la gente piense de mí, pero de repente pasa esto y ves que te importa lo que sepan. Y eso me disgustó, fue muy desagradable sentirme tan pequeña", comentó.
"Mi madre me dijo que no pasaba nada si no podía volver a jugar al tenis nunca más. Se pasó semanas durmiendo conmigo para que estuviera acompañada. Mi padre también me acompañó mucho para asegurarse de que nada se salía de madre, que no empezara a culpar a los demás. Había que tomar el control y saber que la habías cagado", agregó.
"Masha" no dudó a la hora de señalar un culpable. Para ella es Max Eisenbud, su representante en aquella época.
"Dejé de trabajar con aquel médico en 2013 porque quería un enfoque más natural. Seguí tomando tres sustancias que él me dio muchos años atrás, entre ellas el 'mildronate'. Y le dije a mi manager que comprobara esa lista a finales de año en 2015. Pero tenía problemas personales y no lo comprobó. Fue error suyo no hacerlo", aseguró.
Hay algo que Sharapova recalcó varias veces en el documental: nunca ocultó lo que tomaba. Cree que se ensañaron con ella.
"La ITF insistió en que yo oculté que consumía 'meldonium', nada más alejado de la verdad, porque yo tomé durante muchos años algo completamente legal. Fue doloroso y violento. Me sentí muy vulnerable. Quiero que me respeten, no pedí que me dejaran jugar al día siguiente", apuntó.