Stanislas Wawrinka se metió en la final del US Open 2016. El rival era nada menos que Novak Djokovic. Antes de que iniciara el duelo, el suizo sufrió una fuerte crisis.
"Tenía 31 años y me decía que esta podía ser la última oportunidad de ganar un Grand Slam. El calentamiento había ido muy mal. Había mucho viento, yo estaba muy tenso y de mal humor. Luego fui a comer con mi equipo y me aislé al final de la mesa con mis audífonos, porque no quería que nadie me hablara. Incluso tuve que ir a vomitar. Magnus Normal se acercó a mí y me recuperé justo antes de encontrarme con Djokovic en el pasillo antes de la entrevista pre-partido", contó en entrevista con L'Illustré.
El duelo tuvo un pésimo inicio para "Stan The Man". Parecía condenado a la derrota, no podía con sus nervios. Sin embargo, su estrategia para salir de la situación funcionó.
"Intenté disfrutar el partido, pero aún así no me sentía bien. En el primer set, Novak ganaba 4-1 y tenía break point a favor. Termino ganando el game y ahí decido cansarme físicamente para aliviar mi estrés. Extendí la duración de los puntos aunque eso implicara perderlos. Corría de izquierda a derecha, y de a poco la fatiga le empezó a ganar a la mente, lo que me empezó a obligar a enfocarme en lo físico y en el tenis. El estrés se había ido. Nunca supe si iba a ganar el partido, pero sí sabía que iba a luchar hasta el final… y gané", expresó.
Wawrinka siempre ha reconocido y admirado a su compatriota Roger Federer. Sin embargo, en 2014 hubo un momento incómodo entre ambos. Se enfrentaron en la semifinal del Masters de Londres y la esposa de Federer molestó en varias ocasiones a "Stan" desde la grada. Incluso se escuchó que lo llamó "niño llorón".
"Perdí luego de tener cuatro match points. Tenía que ganar ese día y no hice lo suficiente para hacerlo. Era una semifinal de Masters, y el haber podido jugar la final contra Djokovic y ojalá ganarla hubiera sido enorme. Dejé pasar esa oportunidad, y fue muy, muy duro. A la noche apenas dormí, lo pensaba mucho y hablé con familiares para desahogarme. Lo que me ayudó fue que debía juntarme con el equipo suizo para la final de Copa Davis. Roger se unió dos días más tarde porque estaba lesionado. Cuando llegó, solo nos miramos con una sonrisa y eso lo dijo todo. Ese capítulo está cerrado", contó.
El tenista de 35 años también eligió el momento de su carrera. Fue cuando le ganó la final de Australia a Rafael Nadal en el 2014. Era la primera vez que iba a jugar el duelo decisivo de un Grand Slam.
"Salí a comer con mi equipo. A la vuelta, nos detuvimos por un momento en el lobby del hotel. Nos quedamos hasta las 1:30 AM conversando con unos tragos. Recuerdo que un periodista inglés estaba sorprendido de verme a esa hora en la previa a una final de Grand Slam, pero la final se jugaba a la noche siguiente. Luego me fui a mi pieza y vi tele por un rato antes de dormir. Dormí muy poco esa noche, no de nerviosismo, sino porque tenía muchas ganas de jugar la final. Una hora antes de entrar a jugar, estaba hablando con mi entrenador. Severin Lüthi también estaba ahí, y nos reíamos mucho. Estaba relajado", explicó.
