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La singular historia del "Gringo", el estadounidense que logró un ascenso en Chile y dejó el fútbol para convertirse en sacerdote

Chase Hilgenbrinck dejó su huella en Ñublense y al tiempo decidió colgar los botines.

04 de Agosto de 2020 | 17:47 | Redactado por Claudio Ortega, Emol
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La vida del "Gringo" de futbolista a sacerdote.

Emol/Agencias
Atrás quedaron sus días como futbolista. Si bien su gran sueño era brillar en una cancha, el llamado divino alteraría los planes y cambiaría de golpe su vida.

Esa es la historia de Chase Hilgenbrinck McDonald. Aquel jugador que fue seleccionado juvenil de Estados Unidos y logró el ascenso a la máxima división del fútbol chileno con Ñublense, hoy dedica sus días a Dios.

A sus 38 años, el norteamericano lleva un largo tiempo como sacerdote, pertenece a la Iglesia Católica y participa en la Organización de Oradores Católicos de su país. Y pese a estar a más de 8 mil kilómetros de distancia, no olvida Chile.

"Escuché el llamado de Dios"

Chase Hilgenbrinck
"Estamos pasando algo tan raro, que no podemos estar con vecinos o familiares. Pero la fuerza no tiene que morir. La fuerza existe en la unión espiritual. Sigan con la misma fuerza. Voy a estar con ustedes. Les mando mi bendición de sanidad y de santidad. Le pido a Dios que bendiga a ese pueblo y a Ñublense. ¡Qué viva Chillán! ¡Y qué viva Ñublense!", decía en un mensaje difundido por el club sureño, en abril pasado, a raíz de la pandemia.

El "Gringo" en un duelo ante Mauricio Pinilla.

La vocación espiritual del "Gringo", como fue conocido en suelo nacional cuando era futbolista, comenzó en 2007. Luego de tres años en Chile y defender a Huachipato, Naval y Ñublense, regresó a EE.UU.. Allí tuvo una breve experiencia en la MLS y luego colgó las botas.

"Escuché el llamado de Dios", decía por ese entonces. Un año después de su retiro ingresó al Seminario Católico en la Universidad Mount St. Mary's en Emmitsburg, Maryland, y tras un largo tiempo, se convertía oficialmente en sacerdote en Illinois.

Ya bajo su nueva faceta, Hilgenbrinck volvería a Chile en 2014 para oficiar su primera misa en el país. Lo hizo en Chillán, la misma tierra que lo vio celebrar como futbolista.

"Todo lo que aprendí en el deporte como el sacrificio de entrenar duro, la solidaridad, el trabajo en grupo, son cosas que también tengo que hacer en la vida cristiana. Lo que viví en el fútbol me sirvió mucho para tener todas las virtudes para llevar una buena vida como cristiano", indicaba ante más de 600 fieles en la capilla Santa Ana.

En Chillán dejó huella


Su época como futbolista estuvo marcada por su etapa en Ñublense. Allí se hizo un lugar como defensa y se ganó el cariño de la hinchada. También el respeto de sus compañeros y cuerpo técnico.

"Es una persona de simpleza sobresaliente y un corazón dadivoso"

Luis Marcoleta, su DT en Ñublense
"Tengo los mejores recuerdos. Una excelente persona, un gringo lindo. Empático e inteligente. Uno le decía algo y entendía de inmediato. Se destaca por su perseverancia y la tenacidad, nunca se daba por vencido. Muy aplicado, trabajador y buen compañero. Una persona de simpleza sobresaliente, un gran ser humano y con un corazón dadivoso", reflexiona Luis Marcoleta, entrenador del club de Chillán en la época del ascenso a Primera, en Emol.

Marcoleta dando instrucciones al estadounidense en Ñublense.

El actual técnico de Rangers tiene los mejores recuerdos del ex defensa y destaca la decisión que tomó para su vida.

"Tuve muy buena relación con él, excelente. Después que se fue de Chile supe de su dedicación y me alegró mucho. Es un hombre bueno y acertó muy bien en la decisión que tomó. Me ha dejado saludos con conocidos, no hemos hablado, pero tengo muy gratos recuerdos de cómo era como persona y jugador", señala.

Hoy el "Gringo" sigue en Estados Unidos. Celebra bautizos, casamientos y otras actividades religiosas. También es orador y además no olvida lo que fue su pasado como futbolista.

El sacerdote ejerce como entrenador en la escuela deportiva de su iglesia dando clases a niños y enseñando lo que aprendió en la cancha. El camino de Dios es lo suyo, pero detrás de la vocación no olvida los días felices como futbolista.

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