El 27 de junio de 2016, una noticia paralizaba a buena parte del mundo del fútbol. Lionel Messi renunciaba a la selección de Argentina luego de perder su tercera final consecutiva y la segunda ante Chile, en la Copa América Centenario 2016.
El astro erró un penal en la tanda y se derrumbó. Post partido y ante las cámaras, la "Pulga", con una tristeza que era visible, dijo: "Pensándolo mucho en el vestuario, creo que ya está para mí la selección, ya se terminó. La peleé mucho, lo intenté muchas veces, ser campeón con Argentina".
Y añadió: "Hice todo lo posible. Me duele más que a ninguno pero es evidente que no es para mí. Deseaba más que ninguno un título con la selección y lamentablemente no se me dio.
Ya tomé la decisión. Hice todo lo posible para intentar ganar algo y la verdad es que ya está. No se dio, no lo pude conseguir. Ya lo venía pensando. Era esta o ya está. Hice todo lo posible y no se me dio".
En ese momento, la noticia remecía Argentina. La información hacía eco en todos los medios del mundo y en Barcelona le mandaban su apoyo.
Pasó menos de dos y Messi sorprendió: Mediante un comunicado, confirmaba que volvería a vestir los colores albicelestes y que estaría disponible para las Clasificatorias rumbo a Rusia 2018. Se dio marcha atrás.
Ahora, en Barcelona, ocurre algo similar. Tiene contrato hasta junio de 2021, pero ya comunicó al club que quiere hacer uso de una cláusula para dejar Cataluña y el equipo mejor perfilado para llevárselo es el Manchester City, donde está Josep Guardiola y uno de sus grandes amigos, Sergio Agüero.
Sin embargo, este domingo deberá testearse y el lunes se pondrá a las órdenes del nuevo DT Ronald Koeman. ¿Podrán convencerlo de, al menos, cumplir su contrato? ¿Finalmente, se irá de los culés?
Antecedentes hay.