Rafael Nadal ha protagonizado una rivalidad épica con Roger Federer por más de una década. Sin embargo, fuera de la pista parecen ser buenos amigos.
"Tenemos una buena relación, somos grandes compañeros. Para mí, la final de Wimbledon 2008 es uno de los partidos más emocionales de toda mi carrera. Me dolió mucho perder la del 2007 porque me veía preparado y tras el partido pensé que quizá no volvería a tener otra oportunidad así
. Fue épico porque hubo de todo, la gente que lo vio por televisión no se hace una idea de la poca luz que había en los últimos puntos, estábamos al límite", expresó a RTVE.
Nadal también contó una anécdota con el suizo. Reconoció que una vez le pidió la camiseta tras un duelo en Hamburgo el 2007.
"Fue especial porque yo llegué a ese partido habiendo ganado 81 encuentros consecutivos en tierra batida, que era el récord histórico. Cuando me ganó, me hizo ilusión tener un recuerdo de ese día y fue especial que quien lo consiguiera fuera Roger, así que le pedí la camiseta y aún la conservo. Me hace mucha ilusión tenerla y quizá algún día la ponga en el museo", comentó.
Roland Garros
Rafael Nadal es amo y señor de Roland Garros. Este año el tenista español consiguió su título número 13 en dicho Gran Slam. Nunca ha perdido una final en la arcilla parisina.
¿Cuál ha sido el más complicado de ganar?, se le consultó a "Rafa". "Mi primer título allí no creo que fuera de los más complicados ni el más sorprendente. Yo llegaba ya como favorito por haber ganado los principales torneos sobre tierra batida y la juventud te da ese desparpajo y es osadía que se necesita, tenía energía de sobra.
Me quedaría con el de 2011, porque estaba siendo un año difícil para mí, y sobre todo, con el de 2020 (ante Djokovic). Este fue el triunfo más inesperado por las condiciones en que jugamos", afirmó.
"Yo sufro muchísimo jugando con frío, mi cuerpo se resiente. Además, las bolas no me cogen los efectos, sentía que mis tiros eran menos efectivos. Pero poco a poco fui mejorando y la clave fue el calentamiento que hice antes de la final. Ahí las sensaciones fueron inmejorables y salí a pista con la convicción de haber recuperado mi máximo nivel. Eso sí, el marcador pudo ser abultado, pero se produjeron momentos clave que podrían haberlo cambiado todo, incluso en los dos primeros sets", remató.