EMOLTV

Dos jugadores chilenos cuentan cómo es la liga universitaria de donde surgió Robbie Robinson, la última sorpresa de la "Roja"

Para el delantero no fue fácil labrarse un nombre en Estados Unidos. Hoy brilla en el Inter de Miami de David Beckam.

28 de Agosto de 2021 | 11:15 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
imagen

Robbie Robinson se ha hecho espacio en el Inter de Miami de la MLS:

AP
Fue la gran sorpresa en la nómina de Martín Lasarte. El estadounidense Robbie Robinson se pondrá la camiseta de la "Roja" en la triple fecha de Clasificatorias que se avecina.

Robinson ha hecho toda su vida en Estados Unidos, pero su madre es chilena. El atacante milita en el Inter de Miami junto a figuras del calibre de Gonzalo Higuaín o Blaise Matuidi y lo dirige el ex Manchester United Phil Neville. Estuvo reservado por EE.UU. para la Copa Oro, aunque finalmente no jugó. Ganarse un lugar en el profesionalismo no fue sencillo para él. Creció en Carolina del Sur, una zona poco futbolizada, y quedó fuera del radar de los principales cazatalentos del país. Tras un paso por la segunda división de Estados Unidos, parecía que se iba a perder, pero fue reclutado por la Universidad Clemson.


Robinson estuvo tres años ahí. Fue batiendo varios récords, exhibiéndose como un delantero hábil y con gol. En 2019 explotó. Lo premiaron como el mejor futbolista del país y se presentó al draft, el sorteo en que cuadros de la MLS seleccionan a los más destacados de la competencia universitaria. Robinson fue el pick número uno. Lo escogió el Inter Miami. Cuando escuchó que pronunciaban su nombre, abrazó a su madre y minutos después estaba hablando por videollamada con David Beckam. El mítico ex jugador inglés es el dueño del club. Con rictus serio, el hoy seleccionado nacional agradeció la oportunidad.

Robinson actualmente es titular. En once encuentros jugados en la MLS, registra cuatro tantos. Dio el salto con éxito al profesionalismo. Pero, ¿cómo es la liga universitaria de la que salió? Dos futbolistas chilenos de la división I de la NCAA narran su experiencia.

Vicente Castro a nivel escolar defendió al colegio San Ignacio y cuando niño estuvo un tiempo en Universidad Católica. Juega de enganche y a través del programa One Sports arribó a Estados Unidos. Tuvo la oportunidad de ser compañero de Robinson. Clemson le pagó un viaje a él y a su familia para que conocieran el campus, pero finalmente optó por el ofrecimiento de Northwestern University.

Robinson festejando un gol en la liga universitaria. (Crédito: Clemson)

"Para Chile es algo desconocido. El fútbol universitario en Chile es algo completamente diferente al fútbol universitario en Estados Unidos. Es impresionante. La infraestructura, la cantidad de recursos. Por ejemplo, acá tenemos disponibilidad de nutricionista, tenemos un plan alimenticio y hay chefs a disposición de nuestro equipo. Los gimnasios son de primer nivel, al igual que la tecnología para la recuperación y el área de kinesiología. Hay máquinas que en Chile no existen. Inimaginable. El Real Madrid del deporte", le comenta a Emol.

Iñaki Rodríguez también se instaló en Norteamérica por One Sports. Es puntero izquierdo y forma parte de la Universidad de Michigan. En Chile estuvo en las series menores de Audax Italiano. Recuerda que en sus primeros partidos en EE.UU. sintió el rigor físico y que le costó adaptarse.


"Los recursos que tienen acá y lo que están dispuestos a invertir es casi ridículo. Al nivel de los mejores equipos profesionales del mundo. El complejo que tenemos para entrenar costó alrededor de 300 millones de dólares, eso está al nivel de la Premier League. Físicamente, los atletas son muy fuertes y muy rápidos. Tácticamente los partidos son muy difíciles. Los entrenadores son muy dedicados, ven videos de los equipos todo el tiempo, te conocen, saben cómo juegas. Todos los partidos son muy tácticos. Un fútbol de transiciones, rápido, fuerte, con jugadores de calidad. Un nivel casi profesional", expresa.

Para poder jugar, se les exige cumplir con sus responsabilidades académicas. Los equipos de División I de la NCAA entrenan todos los días, a veces en doble turno. A cada futbolista, además, se le asignan trabajos específicos en el gimnasio. Tienen mediciones corporales todas las semanas y en caso de necesitarlo pueden pedir una hora con un psicólogo deportivo.

Los entrenadores tienen más de un ayudante, un preparador de arqueros y preparadores físicos. Los viajes son en avión si las distancias son muy largas y los partidos se transmiten por televisión.

Robinson con el premio a mejor jugador de 2019. (Crédito: Clemson)

El torneo es un crisol de nacionalidades. La NCAA cada vez se nutre más del talento extranjero. La posibilidad es tentadora. Jugar fútbol y estudiar en instituciones de primer nivel mundial.

"Los reclutadores de las universidades tienen viajes específicos durante el año. Van a Europa o van a Sudamérica y tienen contactos en todos lados que les van derivando jugadores. Lo hacen con mucho tiempo. Reclutan jugadores con dos o tres años de anticipación. Se ha hecho un hábito ir a buscar jugadores internacionales. Mucho depende de la calidad académica de la universidad. Si ellos sienten que un jugador no va a rendir académicamente, no lo van a traer tampoco", relata Iñaki Rodríguez.

Al igual que Rodríguez, Vicente Castro ha compartido con futbolistas que están en la MLS. Él aspira a poder llegar allá.

"Uno acá se encuentra con jugadores de muy buen nivel. Un compañero mío pasó por las inferiores del Real Madrid, hay muchos que pasaron por selecciones juveniles de sus países. Finalmente, el hecho de que haya tanta infraestructura, tantos recursos y que las becas sean tan buenas, hace que Estados Unidos sea un lugar atractivo para distintas partes del mundo", declara.

El paso al profesionalismo


En Estados Unidos existe cierto prejuicio al mirar el fútbol universitario. Muchos creen que no produce grandes jugadores de calidad para el profesionalismo.

Vicente Castro e Iñaki Rodríguez (Crédito: Instagram)

Sin embargo, hay casos que demuestran lo contrario. Robbie Robinson es uno. Pero hay más. Tras ser elegidos en el draft y destacar en la MLS, hay futbolistas que han logrado llegar a Europa. Jack Harrison se fue al Manchester City y hoy está en el Leeds de Marcelo Bielsa. Jacob Montes fichó por el Crystal Palace, Daryl Dike por el Barnsley y Tajon Buchanan por el Brujas. Cyle Larin fue campeón con el Besiktas la temporada anterior.

"Casos como el de Robbie Robinson incentivan a los clubes a seguir buscando talento en el fútbol universitario. A medida que la MLS ha ido creciendo, destinan su plata a encontrar jugadores en el extranjero. Es difícil que busquen a un extranjero en el draft, porque estarían ocupando un cupo de extranjero en vez de traer a un David Villa o Andrea Pirlo o Zlatan Ibrahimovic. Pero todos los años se sigue haciendo el draft. En las primeras rondas, que son los 10 o 20 primeros elegidos, podemos ver que están sumando minutos. Es algo que se mantiene. Es una manera en que los clubes puedan encontrar jugadores de manera barata y a veces se encuentran con jugadores que les pueden servir. Se lo toman de manera seria", explica Vicente Castro.

Los partidos del torneo universitario son seguidos por varios scouts de la MLS. Llenan fichas, hablan con los entrenadores, están atentos. Con algo de suerte, encontrarán un nuevo jugador de elite.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?