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Popovich, el ex militar con fama de cascarrabias que acaba de convertirse en el entrenador con más victorias en la historia de la NBA

El entrenador de San Antonio es un hombre duro, pero muy preocupado por lo suyos tanto dentro como fuera de la cancha.

12 de Marzo de 2022 | 16:01 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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AP
Gregg Popovich continúa haciendo historia en la NBA. La cabeza de los San Antonio Spurs acaba de convertirse en el entrenador con más victorias en la historia de la mejor liga de basquet del mundo. Igualó los 1335 triunfos de Don Nelson, uno de sus maestros.

Popovich lleva más de 30 años en la NBA. Llegó en 1988 como asistente de Larry Brown en los Spurs, luego partió a Golden State para ocupar el mismo cargo y regresó a San Antonio para ser el gerente general. Desde 1996 es el entrenador. Le cambió la cara a una franquicia que estuvo a punto de desaparecer por malos resultados y la ha llevado a ganar cinco campeonatos y ha 22 temporadas consecutivas clasificando a playoffs.



"Pop" nació en East Chicago, pero sus padres se separaron cuando tenía 10 años y tuvo que mudarse. "Recuerdo que estaba triste y no salía de casa. Mi mamá se enojaba y literalmente me sacaba a escobazos", afirmó.

El basquetbol fue una vía de escape. No destacaba ni por su técnica ni por su físico. Él mismo se ha definido como un "jugador mediocre". Sin embargo, poseía un encomiable espíritu de lucha y dotes de liderazgo. En el equipo de la secundaria lo cortaron por bajo rendimiento, pero pidió las llaves del gimnasio y se quedó practicando todo el verano para poder volver. Lo logró. Cuando se graduó, obtuvo una beca para ingresar a la Academia de las Fuerzas Armadas.

Allí no solo destacó por el deporte. Estudió una Licenciatura en Estudio Soviéticos en plena Guerra Fría y estuvo viajando por Europa Oriental como parte de las FFAA estadounidenses. Hay un rumor sobre su pasado militar. Dicen que en un entrenamiento contó cómo transportó armas entre las fronteras de Irán y Siria, aunque él nunca lo ha confirmado. No le gusta recordar públicamente esa etapa de su vida.

En 1973 se retiró de las canchas y se convirtió en el asistente del técnico Hank Egan, un maestro de la defensa. Se matriculó, además, en un Master en Educación Física y Ciencias del Deporte en la Universidad de Denver. Se convirtió en un "sabelotodo", obsesionado con absorber conocimientos que le sirvieran para el baloncesto.



Inició su carrera en solitario en el basquetbol colegial. Fue un camino difícil de recorrer, pero poco a poco se fue labrando un nombre. Por su pasado en el Ejército, le comenzaron a llamar "Sargento".

"Yo soy quién soy gracias al Ejército. Allí me descompusieron y me pusieron en caja. Me construyeron de nuevo para que supiera lo que podía y no podía hacer", afirmó.

A Popovich no le interesa vanagloriarse ni que los demás lo reconozcan. Es de bajo perfil. Siempre está muy preocupado de sus dirigidos, dentro y fuera de la cancha. Hace tiempo, una figura de los Spurs bajó su rendimiento y el entrenador averiguó el motivo. El basquetbolista estaba apunto de separarse. "Pop" consiguió el número de la esposa y la llamó.

"Perdón, no me quiero entrometer en sus vidas, pero acá cuidamos a cada familia. Y no me parece que irte así sea la mejor forma. Tu lugar está al lado de tu marido, que se está ganando el dinero de la familia. Tienes que volver y hablar con él. Está sufriendo. Creo que lo merece", expresó. La mujer al principio reaccionó con molestia, pero regresó a San Antonio y la separación, al menos momentáneamente, se postergó y el jugador pudo recuperar su nivel.



Años atrás, Popovich no soportaba perder y se enfrascaba constantemente en peleas con los periodistas. Su esposa Erin, ya fallecida, se enojaba con él, pero le costaba mucho controlar su temperamento.

"Cuando volvía a casa, mi esposame preguntaba por qué era tan malo. 'Eres un completo imbécil y la gente te odia', me decía. Yo le respondía 'perdón, mi amor. La próxima vez lo haré mejor. Pero ¿viste lo que me preguntó…?'. Y ella se enojaba más. 'No hay excusa. Eres un hombre grande. Muestra madurez', gritaba. No le gustaba nada que le dijera 'no puedo, simplemente no puedo'",

Con los años ha flexibilizado su carácter. Ha tenido gestos muy nobles. Un día, al llegar al entrenamiento, vio a sus jugadores quejándose y con mala actitud. Canceló la práctica y les ordenó subirse al bus. Los llevó a un hospital de niños con enfermedades terminales. Al volver al gimnasio, los jugadores se pusieron la indumentaria para iniciar la sesión.

"No se cambien. Vayan a sus casas. Vengan mañana y acuérdense que a veces todos los millones que ustedes tienen no sirven para una mierda", afirmó.

Popovich es ya una leyenda. El miércoles por la noche tendrá la oportunidad de alcanzar su victoria 1336.