Fue una de las imágenes del Masters de París. En la semifinal que jugó Novak Djokovic con Stefanos Tsitsipas,
las cámaras apuntaron al staff técnico del serbio, quienes estaban en una extraña actitud.
Ulises Badío, preparador físico de "Nole", junto con otros miembros, se encontraban preparando una bebida que posteriormente llegó a manos del balcánico mediante una recogepelotas.
Se levantaron suspicacias y sospechas por las ganas de mantener en secreto esta botella que luego bebió Djokovic.
Se habló de "pociones mágicas" y varios medios hicieron eco del video, que se viralizó unos días después del partido.
Sin embargo, y pese a que Novak no ha hablado, fue su esposa, Jelena Djokovic, quien explotó en redes sociales.
"Hablará cuando esté listo para hablar. Toda esta tontería de hacer que la gente hable de algo que no están preparados porque OTROS son impacientes es absurdo. Siéntate un rato en silencio Cuídate más. No todo lo que ves es controvertido. Podría ser privado. ¿Eso está permitido? (grabar)", discutió.
Y luego, se enfrascó en una disputa con el periodista británico Damian Reilly, quien le señaló que "solo pregunté por qué había tanta necesidad de mantener el secreto el contenido de la bebida y dije que parecía dudoso. Porque parece dudoso, razón por la cual tanta gente ha visto el video. ¿No puedes ver eso?".
Jelena volvió a responder: "No veo nada raro. De hecho, veo personas que intentan mantener la privacidad de sus negocios en un mundo en el que todos sienten que tienen todo el derecho de apuntar con la cámara cuando lo deseen. Aparentemente, querer/intentar ser privado te hace poco confiable hoy en día".
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